
Perfecto como el canto de los pájaros
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Sonia Scarabelli reúne en este libro tres elementos de la alta poesía: simplicidad, hondura y perfección rítmica y musical en la composición. A ello aúna la intensidad del sentido, la
emoción que provoca leerlo. El libro entero es un largo diálogo con el padre que ha muerto, ese padre que no contesta porque ya está completamente “afuera”. Ya es los pajaritos, los árboles,
la hoja, los perros, las ovejas y todo lo mínimo que late en la naturaleza y casi no deja memoria, se funde con nuestro señor, el tiempo. Un libro construido sobre la segunda persona
singular, aquél a quien se habla, el padre, con una voz de niña vieja, una voz adorable que pregunta al final de un poema: “¿Estás de nuevo acá como yo creo, de vuelta en todo?” Scarabelli
me emociona hasta las lágrimas, me hace reír y llorar, me sorprende en cada verso donde elije el acá antes que el aquí, el ahí antes que el allí, o el verbo acentuado de esta manera:
“comprarselás”. También construye la sentencia de esta forma: “Mirá cómo lo que decimos la perfuma a la noche…”, con esa doble la tan coloquial que dan ganas de besarla. Un libro excepcional
éste, nacido del dolor que se ha amansado, y se lo vuelve pura dicha, y así, todo lo que se mira canta, todo habla bajito, o silba, mejor sería decir, en el reino impagable de la intimidad.
“A veces es el padre solo el que habla […], así yo escucho su monólogo interior, / y me convierto en eso que él ahora / dice sin vergüenza.” En otro poema Scarabelli no le habla al padre,
sino que habla de él, y lo hace de esta manera: “Le dice a su papá: / mirá que ahora me hago / una de esas golondrinas / salto y ¡pim! ya estoy volando […] también yo, por un rato, / estoy
afuera. “Papá, yo ahora creo que vos / también sos una lechuza […] y después eran tres sobre el travesaño […] Entonces me acordé / de cuando yo era chica / y me enseñaron el misterio / de la
divina trinidad. / Pero ahora prefiero / creer en las cosas que veo: el cielo azul, las hojas verdes, / el sol, la luna, / la lechuza que sos vos / cuando pasás volando”. De este modo
Scarabelli afirma el mundo que percibimos con los sentidos, el samsara de la llanura argentina donde el padre resucita con la luz de los recuerdos de una vida compartida, con la luz del
amor. “Vos llevabas puesto ese sombrero / de la foto, el machete a la cintura, / que en la foto / lo llevás en la mano, claro, / y que se vea / como a veces es bueno no pensar, / porque
empezás / hablando y cuando / te descuidaste, / todo está afuera”. “El que más afuera / de todo está / es el que está muerto” nos dice Sonia Scarabelli. Sí, fuera del tiempo. “Primero se
muere, pero después se resucita” nos dice. Lean este libro, la belleza y la emoción los empapará como la llovizna fina de un día de verano. MENCIONES: _América_, Horacio Zabaljáuregui, Bajo
la luna; PAISAJE ALREDEDOR, Paula Jiménez España, Bajo la luna.