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La escritora Carmen Álvarez presentará mañana, a las 19,30 horas, en la biblioteca pública su libro de poesía titulado Señales de paz y distancia. ¿Qué temas trata en su libro?  Trata del

vivir, llanamente. De lo aprendido en el transcurso de los días. Hay poemas en los que hay un mirar hacia atrás y, en otros, un soñar el futuro, pero siempre desde la reflexión y el análisis

de lo vivido. Gerardo Diego decía: «Tengo que vivirlo dentro, me lo tengo  que soñar». Pues de eso trata el libro, de lo que he vivido y de lo que he soñado. ¿A qué público va dirigido?  La

poesía en general va dirigida a todo el mundo. Trata del mundo y a él vuelve cada vez que alguien lee un poema. Eso quisiera yo en mi libro, dirigirme para que a todos valiera y que todo el

mundo pueda disfrutar de ella. ¿Por qué decidió escribir poesía? Escribir poesía no parte de una decisión, al menos meditada. Es una forma de expresión. Yo no soy consciente de haberla

elegido. Me gusta pensar que ella me eligió a mí y que yo me dejé querer. ¿De dónde viene su pasión por escribir libros? Las redacciones en el bachillerato me ayudaron mucho a la hora de las

notas. La imaginación y un poso de buenas lecturas, supongo, que hizo el resto. ¿En qué escritores se fija para escribir? ¿Quiénes son sus referentes? No me fijo, leo. Me gustan mucho los

clásicos, como la generación del 98 y del 27. Admiro la llamada generación de los 50. No puedo precisar, ya que me atrae la buena poesía, pero claro ese es un criterio personal. De todas

formas, me gusta mucho Claudio Rodríguez y Valente, (el título del libro es un verso suyo). Entre los actuales, destacaría a Vicente Valero, Federico Gallego Ripoll, o nuestro vecino Sergio

García Zamor. Recientemente presentó su libro en el Ateneo, ¿qué opina de la labor que realiza en Palencia este centro cultural?  Toda labor en pro de la cultura me parece bien. Soy socia

del Ateneo desde su reinauguración.  Por supuesto, hay cosas que me gustan más y otras menos, pero el balance es positivo. El Ateneo, con sus encomiendas me ha proporcionado momentos

inolvidables. ¿Cómo fue su experiencia allí el mes pasado?  La presentación del libro, estupenda. Me dejé querer. Tanto Sergio García Zamora como Enrique Gómez Crespo hicieron una semblanza

que no merezco.  Me sonrojo al pensar que se pueda analizar tan concienzudamente un libro mío. Escribo, pero a la hora de darles las gracias, me quedo sin palabras.  ¿Qué opinión tiene del

lector palentino? ¿Cree que hay mucha pasión por este arte en la provincia? Palencia es cuna de poetas. Ya sabemos que leer poesía requiere una entrega y atención que no es necesaria en la

narrativa, pero hay mucha gente dispuesta a hacer el esfuerzo.  Y, aunque no estén acostumbrados a leerla, cuando van a un recital disfrutan mucho.  ¿Cómo se podría potenciar la afición por

la cultura en Palencia? En Palencia hay muchos actos culturales. Es cuestión de tiempo dejar que vaya escalando. El poso cultural de una persona se parece a un acuífero, no se llena en un

día.  Pero eso sí, hay que ser receptivo. Si nos parece bucólica la imagen de la gente dejándose mojar por una lluvia tranquila, dejemos que la cultura nos cale así. Su mojadura es un dulce

bálsamo para el alma.