
Deuda estudiantil enreda a prestatarios mayores
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Margaret Hammett se matriculó en la universidad hace casi 20 años para obtener un título universitario, con la esperanza de encontrar un empleo mejor remunerado. La estrategia dio
resultados. La madre soltera de cinco hijos, que vive en Maryland, encontró puestos con buenos sueldos, aunque no lo suficientemente altos como para poder mantenerse al día con todas sus
cuentas, incluidos los préstamos estudiantiles que había sacado. Ann Twiselton, de 77 año, utiliza 15% de sus ingresos del Seguro Social para liquidar préstamos estudiantiles firmados
conjuntamente con un familiar. Foto: Chris Crisman © 2014 Según la madre de 61 años, los $21,000 que pidió prestados para poder estudiar han crecido desorbitadamente y ahora superan los
$29,000. Este año, solicitó la protección por quiebra, aunque esto no ayuda con los préstamos estudiantiles porque generalmente éstos no se pueden liquidar por los tribunales. Hammett, que
trabaja como administradora de casos para el Baltimore County Department of Aging (Departamento sobre el Envejecimiento del condado de Baltimore) y también trabaja a tiempo parcial como
consejera residencial en un hospital, dice que no sabe cuándo podrá jubilarse. "Quiero dejar esto atrás. En algún momento, en el que no tenga que trabajar tanto, quiero volver a la
normalidad y disfrutar de la vida", dice ella. Aunque la deuda estudiantil todavía no supone un gran problema para los consumidores mayores —que están más abrumados por hipotecas,
préstamos para automóviles y tarjetas de crédito— la tendencia es inquietante. Hace una década, unos 3 millones de prestatarios de 50 años de edad o más debían en préstamos estudiantiles
unos $42 mil millones ($42 billion), según el Federal Reserve Bank (Banco de Reserva Federal) de Nueva York. Para finales del 2012, la cifra aumentó a 6.9 millones de deudores con una deuda
colectiva de $155 mil millones ($155 billion). Según la U.S. Government Accountability Office (GAO, Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EE.UU.), los consumidores de mayor edad usaron
más del 80% de la deuda contraída para pagar por sus propios estudios más que los de un hijo. "Me parece que esta situación solo empeorará", dice Maura Dundon, abogada consejera
principal de política para el Center for Responsible Lending (CRL, Centro para Préstamos Responsables), una organización sin fines de lucro. "El verdadero problema es que las
consecuencias de la deuda son tan severas. No es posible huir del problema". UN MAYOR NÚMERO DE PRESTATARIOS MAYORES PASAN TRABAJO La deuda ya les supone una carga a los estadounidenses
de más avanzada edad. Según informa la GAO, la tasa de incumplimiento de los prestatarios de 65 años o más es superior a la de sus homólogos más jóvenes. Por ejemplo, más de la mitad de la
deuda por préstamos estudiantiles federales contraída por prestatarios de 75 años o más está en incumplimiento de pago, en comparación con un 15% entre los menores de 50 años. Y el
incumplimiento de pago de los préstamos federales puede conllevar malos resultados; por ejemplo, podrían embargar tus beneficios del Seguro Social. Grace Bartini, defensora del pueblo para
American Student Assistance, una organización sin fines de lucro con sede en Boston que proporciona asesoría financiera a los estudiantes y sus padres, afirma que su organización ha
presenciado un aumento en el número de prestatarios mayores que encuentran difícil pagar sus préstamos estudiantiles.