En las estafas “hazme un favor”, el delincuente se hace pasar por un amigo

En las estafas “hazme un favor”, el delincuente se hace pasar por un amigo


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VERSIONES DE LA ESTAFA “HAZME UN FAVOR” Un giro habitual de esta estafa implica a delincuentes que se hacen pasar por líderes religiosos, como ministros, rabinos o sacerdotes, dice Sheryl


Harris, que dirige la “Brigada antiestafas” del Departamento de Asuntos del Consumidor del condado de Cuyahoga, en Cleveland, que enseña a detectar y evitar las estafas. Entretenimiento


Juegos de AARP Juegos y rompecabezas gratis en línea, incluidos los clásicos de Atari See more Entretenimiento offers > “Los estafadores crean un correo electrónico que se parece mucho a


la dirección de correo electrónico de la iglesia o el templo —no coincide exactamente, pero puede confundirse en una lectura rápida—”, explica, “y luego envían un correo electrónico al


directorio del lugar de culto”. Si alguien responde, el autodenominado líder de la iglesia o el templo puede alegar que está ocupado y que no puede comprar las tarjetas de regalo que le


había prometido a una organización benéfica. “En un caso”, dice Harris, “la ‘ministra’ estafadora dijo que le había prometido a un centro oncológico tarjetas de regalo de iTunes para que las


mujeres pudieran escuchar música mientras recibían quimioterapia”. Al menos uno de los feligreses (en inglés) compró $1,000 en tarjetas de regalo para la “ministra” y le envió fotos de los


números, como se le había pedido. Cuando la víctima llegó a la iglesia el domingo siguiente, se enteró de que el mensaje de correo electrónico había sido una estafa. Otra versión frecuente


está dirigida a los profesores, dice Nofziger de AARP: “Un profesor recibe un correo electrónico del director que dice: ‘Oye, es el cumpleaños de Janice en recepción. ¿Puedes hacerme un


favor a la carrera?'”. FÍJATE EN EL TONO DEL MENSAJE DE CORREO ELECTRÓNICO Estas falsas peticiones de favores pueden ser especialmente eficaces porque parecen inofensivas y amistosas,


muy distintas, por ejemplo, de los disgustos causados por la estafa de abuelos, en la que los delincuentes fingen ser nietos en apuros que necesitan ayuda urgente.   “Capacitamos a las


personas para que desconfíen de las tácticas de miedo”, señala John Buzzard, analista de fraude y seguridad para la industria financiera. “Pero ¿y si se trata de algo tan inofensivo, como


que tu mejor amigo se comunique a través de las redes sociales y diga: ‘¿Te importaría enviarle $500 a alguien? Luego te lo pago?’ Así se eliminan los factores detonantes de tensión y


ansiedad, pero siguen victimizando a la persona”. Los impostores son astutos, advierte Amy Nofziger. “Si envías un mensaje de texto que dice ‘Este no es tu número de teléfono de siempre’, te


contestan: ‘Perdí mi teléfono. Por eso necesito que me ayudes’. Y lo haces, porque crees que es tu amigo y le tienes confianza”.