Patrick stewart - capitán pickard, x men - video - aarp everywhere everywhere...

Patrick stewart - capitán pickard, x men - video - aarp everywhere everywhere...


Play all audios:


Esta noche, en el hogar en Brooklyn, Nueva York de Sir Patrick Stewart, la cena consiste en comida para llevar y el actor británico, mejor conocido por su papel como el capitán Jean-Luc


Picard en _Star Trek: The Next Generation_, ha fijado su mirada de acero en una pizza Margarita. Pero antes de comenzar a disfrutarla, su nueva esposa, Sunny Ozell, selecciona un rebanador


de pizza en forma de la nave estelar USS _Enterprise_, y Stewart, de 73 años de edad, saca rápidamente su teléfono inteligente. Ozell, una cantautora, tararea los primeros compases de la


canción temática original de _Star Trek_ mientras corta triunfalmente una porción ante la cámara de Sir Patrick. La mañana siguiente, Stewart sube el video a Instagram para deleite de sus


casi 1 millón de seguidores de medios sociales. Sir Patrick Stewart, conocido como "Lobsterman" (el hombre langosta), llega a punto de hervor. @SirPatStew/Twitter Hace más o menos


un año Stewart se tiró a las arrolladoras aguas del universo de Facebook, Twitter e Instagram y rápidamente reunió un ejército de seguidores. Muchos de sus cándidos autorretratos se han


vuelto virales. Una foto del imperioso Sir Patrick disfrazado de langosta se tuiteó 39,000 veces. Y cuando se fue de paseo por Nueva York con su buen amigo Sir Ian McKellen, su


coprotagonista en Broadway en las obras _Waiting for Godot  _y _No Man's Land_, el dúo causó sensación en los medios sociales. Resulta que Sir Patrick Stewart no es el actor de


Shakespeare distante y chapado a la antigua que muchos podrían suponer. "Es verdaderamente muy gracioso", dice su amiga Carla Gugino, que coprotagoniza con él en su próximo filme,


_Match._ Y en la actualidad Stewart se está divirtiendo mucho, no solo a través de los medios sociales, sino con su abundante trabajo en el cine y teatro —incluso una repetición de su papel


como el profesor Charles Xavier en otra continuación de las películas X-Men, que se estrenará en mayo— y con las personas que ama. La primera en la lista es Ozell, de 35 años de edad;


Stewart la conoció en el 2008 cuando él actuaba en _Macbeth_ en la Brooklyn Academy of Music. (McKellen casó a la pareja a orillas del lago Tahoe en septiembre del año pasado). Aun así, el


estado actual de felicidad en el que se encuentra Stewart desmiente el penoso viaje emocional que hizo el actor por gran parte de su vida. Lejos de los personajes heróicos y seguros de sí


mismos que ha interpretado —y la persona feliz que es hoy— Stewart por décadas fue un hombre atormentado por el miedo y ahogado por la ira. Su lucha tiene raíces en una infancia difícil,


marcada por la pobreza y el maltrato, que solo entendió años después. Hace poco tiempo que se abrió y reveló el trauma de sus primeros años, y ahora se comporta como una persona liberada y


con ánimos, al fin, de comenzar a disfrutar la vida. "He tenido la tendencia de ser solitario durante enormes períodos de mi vida", dice Stewart, articulando las palabras en su


reconocible voz de barítono. "Ya no pienso que es bueno ser así. Pienso que la interrelación con los demás, especialmente personas que te agradan, es muy importante para mantenerte


ingenioso, alerta, activo, conectado". Y quizá, en el caso de Stewart, lucir más joven de lo que es. Hoy lleva puesto botas de vaquero, unos modernos pantalones rojos de pana, una


camiseta estilo Henley de algodón que acentúa sus pectorales y un elegante par de lentes de lectura con conexión magnética delantera. Es afable, pero serio, y aunque afirma que encuentra


"imposible sentirse más feliz", nos damos cuenta, por la profundidad de su mirada y la forma en que algunas veces se sujeta los antebrazos, que no siempre fue así. La infancia


infeliz de Patrick Stewart lo llevó a seguir una carrera como actor. Nino Muñoz Patrick Stewart fue el menor de tres hijos nacidos a Gladys y Alfred Stewart en Mirfield, Yorkshire,


Inglaterra. "Según mis cálculos, fui concebido justo antes de que mi padre se fuera a la guerra", dice Stewart, "y no regresó hasta septiembre de 1945, así que tenía 5 años


cuando lo vi por primera vez". Dado que su hermano mayor le llevaba 17 años de edad, Stewart afectuosamente recuerda tener la atención de su madre casi toda para sí mismo. Su madre


trabajaba como tejedora en las fábricas de tejidos locales, y ganaba tan poco como $7 por una semana laboral de 45 horas. Se iba por las mañanas antes de que Patrick se fuera a la escuela, y


regresaba a eso de las 4 de la tarde, apestando a fábrica. "Recuerdo perfectamente ese olor grasoso de la lana", dice Stewart. La familia vivía prácticamente en la miseria.


"Algunos de mis más tempranos recuerdos son de cobradores tocando la puerta", recuerda Stewart. "Mi mamá y yo nos escondíamos detrás del sofá y fingíamos no estar. Eso me


parecía ser un gran juego". El hogar de la familia consistía de solo dos habitaciones. El baño estaba afuera, y Patrick, un lector ávido, frecuentemente se refugiaba allí con un libro y


una vela. Sir Patrick Stewart y Glenn Close en "The Lion in Winter". Alamy Stewart describe a su madre como "una persona cariñosa, tierna y sensible —tímida, temerosa de


todo—". Afirma que ella le contagió su timidez, haciéndolo "muy cauteloso e inseguro". Pero no fue cauteloso respecto a una sola cosa: su deseo de proteger a su madre del


maltrato físico y emocional por parte de su padre. Cuando Alfred Stewart terminó su carrera militar como sargento mayor de regimiento del Regimiento de Paracaidistas, regresó a su hogar


hecho un hombre furioso y violento. "Era un alcohólico los fines de semana que maltrataba a mi madre y aterrorizaba a todos en la casa", dice Stewart. "Por años lo consideré


un enemigo". Aunque Stewart dice que su padre nunca lo golpeó, en el 2009 escribió en un artículo redactado en primera persona para el _Guardian _que, a los 7 años de edad, ya sabía


"exactamente cuándo meter un pequeño cuerpo entre el puño y la cara [de mi madre], una habilidad que ningún niño debe tener que aprender".