
Cómo limpiar y mantener el colchón y las almohadas
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Casi un tercio de nuestra vida lo pasamos en la cama. Ahí empezamos y acabamos el día, y es natural disfrutar de una cama mullida y acogedora. Desgraciadamente es también corriente
despertarse con picor en los ojos y en la garganta y con la nariz tapada. Si sufres de alergias, ¡seguro que sabes muy bien lo que digo! Mantener una rutina de limpieza adecuada del colchón
y las almohadas hará que duermas mejor… y respires mejor. CÓMO PROTEGER EL COLCHÓN El mejor modo de proteger un colchón y mantenerlo limpio durante el mayor tiempo posible, es el de utilizar
una cubierta protectora que sea fácil de poner, quitar y lavar. Si sufres de alergias, revisa que la funda sea impermeable e hipoalergénica. Este tipo de funda se cierra con una cremallera
y protege completamente el colchón, no solamente la parte superior y los lados. Lava la cubierta protectora —siguiendo las instrucciones de la marca— al menos una vez al mes. CÓMO Y CON QUÉ
FRECUENCIA SE DEBE LIMPIAR EL COLCHÓN Es esencial limpiar el colchón periódicamente, a pesar de usar la cubierta protectora, e independientemente de que el colchón sea de muelles o de
materiales más modernos, como la espuma o el látex, para mantenerlo limpio y fresco. ¿Con qué frecuencia? La mayoría de los expertos recomiendan limpiarlo al menos dos veces al año, pero si
sufres de alergias severas, asma u otros problemas respiratorios, mi consejo es que lo limpies en profundidad al final de cada estación (cuatro veces al año). Empieza por quitar todos los
textiles y las almohadas de la cama. Usando el accesorio para tapicerías de tu aspiradora, aspira cuidadosamente cada pulgada del colchón. Presta especial atención a los bordes, las
hendiduras y las costuras. ¿El objetivo? Eliminar tanto el polvo como los ácaros del polvo. Estos insectos diminutos y prácticamente invisibles se alimentan de las células muertas que se
desprenden de nuestra piel y el colchón es uno de sus refugios favoritos.