Adultos mayores alquilan su hogar parcialmente

Adultos mayores alquilan su hogar parcialmente


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No obstante, eso representa menos del 2%, y las tendencias poblacionales indican que hay oportunidad para que la práctica aumente. Veintiún millones de adultos de 65 años y mayores viven


solos. Casi la mitad de estos destinan el 30% de sus ingresos, y hasta más, a sus gastos de vivienda. "Hay una cantidad crítica de personas desplazadas o luchando por permanecer en sus


hogares", dice Karen Coppock, directora de la organización sin fines de lucro Home Match San Francisco. "El aislamiento es cada vez más prevalente. Las viviendas compartidas son


una opción ideal. Por eso es una tendencia en que va en aumento". Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Home


Match (en inglés) es una de al menos 39 organizaciones en todo el país que conectan a propietarios mayores con inquilinos más jóvenes, según el National Shared Housing Resource Center, que


maneja un directorio de inquilinos y propietarios. Incluso ahora surgió un servicio en línea llamado Nesterly. Opera desde Boston y Colombus, Ohio, y tiene planes de expansión a otras


ciudades. Normalmente, los propietarios establecen el monto del alquiler. Odd Couples Housing (en inglés) en St. Louis recomienda un rango de $350 a $500 al mes; Nesterly, hasta $700


mensuales en Boston y $500 mensuales en Columbus, con descuentos para inquilinos dispuestos a ayudar con las tareas del hogar. Esta compañía cobra un cargo único de entre $95 y $195, según


la duración de la estancia, y cobra el 2.5% del total del alquiler como tarifa por la administración de los pagos. A través de Odd Couples, Abby Schult consiguió una inquilina —una contadora


que estudia para un posgrado— para compartir su casa estilo Cape Cod de 1,750 pies cuadrados en la sección de Forest Park de St. Louis. El alquiler que paga la inquilina cubre casi todos


los servicios públicos, "algo bueno", dice Schult, de 73 años, una actriz y directora de reparto jubilada. Su inquilina la ayuda ocasionalmente con la limpieza, saca la basura y


alimenta al gato cuando Schult está de viaje, dice ella. "Es muy agradable tener a alguien que te ayuda a cargar cosas por las escaleras. Y realmente me gusta tener a alguien que llega


a la casa al final del día y te pregunta "¿cómo fue tu día?". Si eres viuda, no tienes eso. Es una buena situación". La investigación de antecedentes es un proceso extenso


para la mayoría de estos programas de viviendas compartidas e incluye la verificación de registros financieros, penales y de ofensores sexuales, tanto del propietario como del inquilino.


Ambos deben completar un formulario de compatibilidad que Coppock compara con una solicitud de un sitio de citas románticas. Fue "mucho más intenso que los procesos anteriores" por


los que había pasado, dice Michael Sokoloff, un terapeuta musical que encontró una habitación el año pasado con un propietario de San Francisco de 65 años luego de que el edificio donde


vivía pasara por una ejecución hipotecaria y los nuevos dueños desalojaran a todos los inquilinos. Los propietarios también pueden establecer sus propias reglas sobre, por ejemplo, la


estadía de un día para otro de los invitados y los espacios designados en el refrigerador. Más que de amistad, la mayoría de los propietarios e inquilinos emparejados describen su relación


como amistosa. Sokoloff dice que él y la dueña del hogar donde él vive —ella prefirió mantenerse anónima— comparten un interés por las artes; por ejemplo, él la llevó a ver una exposición de


Monet. Y le cae bien al gato, "quien ha sido amable en dejarme compartir su espacio, con ayuda de pequeñas golosinas para gatos de vez en cuando".