Cómo cambiar la crisis de la mediana edad y elegir un nuevo camino

Cómo cambiar la crisis de la mediana edad y elegir un nuevo camino


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* Decide que no quieres perderte nuevas oportunidades.​ * Pídele consejos a tu futuro yo.​ * Explora tu curiosidad por lo que te da miedo.​ * Escoge centrarte en lo que puedes hacer con el


tiempo que tienes.​ “Tal vez parezca autocomplaciente pensar en lo que queremos porque estamos tan acostumbrados a poner a otras personas primero”, dice Rosenstein. “Posiblemente no hayas


pensado en lo que quieres desde que eras mucho más joven”.​ Al envejecer, es común sentir que queda poco tiempo para concretar metas, “pero el tiempo viene transcurriendo desde que nacimos”,


señala Rosenstein. “Lo único que ha cambiado es nuestra conciencia sobre el paso del tiempo”.​ Al igual que Rosenstein, Anissa Buckley ha estado a ambos lados del modelo de transformación


de la mediana edad. A los 50 años, en medio del duelo por cuatro pérdidas significativas y simultáneas —la muerte de sus padres con ocho meses de diferencia, un divorcio y la venta de su


compañía de nutrición—, comenzó a viajar por el mundo para concretar desafíos físicos extremos. A partir de sus experiencias, Buckley, que ahora tiene 55 y vive en Tucson, Arizona, fundó


B-Untethered. La compañía, cuyo lema es “conquista la mediana edad”, ofrece un programa en línea de estilo de vida en torno al envejecimiento sano y es un lugar donde las mujeres pueden


crear una comunidad en una etapa en que caen los niveles de estrógeno, los hijos se van de la casa y se avecinan otros cambios. “Siempre hay una oportunidad de cambiar tu situación”, explica


Buckley, cuyo libro _Midlife:_ _Turning Crisis into Quest_ está por publicarse a fines de febrero. “Reconoce que este es un momento maravilloso de la vida porque típicamente estamos más


establecidos, tenemos más conocimientos y podemos correr algunos riesgos. A mí me encanta el dicho ‘si no es ahora, ¿cuándo?’”​. Aunque con frecuencia son las mujeres quienes necesitan una


evaluación de la mediana edad, los hombres no están exentos. Y en general los hombres tienen experiencias más limitadas en cuanto a expresar y procesar emociones, lo cual complica el


proceso. “El pasaje por la mediana edad puede traer consigo un enorme autocuestionamiento, una crisis profunda de significado y un cambio muy necesario”, dice Nathan Hunter, consejero


personal de hombres que vive en el sur de California.​ Preguntarte el motivo por el que no has priorizado tu felicidad puede ser un proceso emocional. CÓMO BUSCAR UN CONSEJERO PERSONAL Si


estás buscando un consejero de vida, ten presente que no es necesario que cuente con la certificación en este campo de gran crecimiento y no regulado. Pero eso no significa que no debas


evaluar las credenciales con atención: haberse graduado de un programa acreditado de formación, así como tener antecedentes en psicología, bienestar o administración de empresas, dan


credibilidad al currículo de todo consejero personal. Bruce Wayne McLellan, consejero personal certificado de negocios y vida de Naples, Nueva York, dice que un buen asesor es capaz de hacer


bien tres cosas: escuchar (incluso leer entre líneas); reflexionar sobre lo que has dicho; y ver lo mejor en ti​. “Hay una diferencia innata entre alguien que simplemente repite información


y alguien con la capacidad natural de ayudarte a dejar atrás lo que crees que sabes”, explica.​ Cuando entrevistes a un posible consejero y después de elegir uno, observa quién habla más,


recomienda el consejero especializado en negocios Craig Goodliffe, de Ogden, Utah, quien está muy familiarizado con el arte de construir una relación exitosa con un consejero. La persona que


habla más debes ser tú, señala Goodliffe. Además, reconcíliate con el hecho de que probablemente estarás incómodo —porque probar cosas nuevas es incómodo— y que tal vez no establezcas una


conexión con el primer consejero personal con el que trabajes. No dejes que eso frene tu motivación de encontrar al ideal. “La mayoría de nosotros no se cuestiona por qué hacemos lo que


hacemos”, dice Rosenstein. “Ahora es un gran momento de preguntarse ‘¿qué estamos esperando?’”.