La intimidad cuando se cuida de la pareja

La intimidad cuando se cuida de la pareja


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A veces las parejas descuidan el aspecto íntimo de la relación cuando uno de los dos se convierte en el cuidador del otro. Mantener el romance es un reto —esa conexión sexual, sensual o


emocional tan importante— cuando uno está distraído con las tareas de cuidado y el otro enfrenta problemas de salud. Una de las preocupaciones de los cuidadores es que las muestras físicas


de afecto puedan lastimar al ser querido o que él (o ella) no esté de ánimo para besos ni caricias, ni mucho menos para relaciones sexuales, dice Carly O'Brien, coordinadora del


programa de cuidadores de la organización sin fines de lucro CancerCare. "Muchos cuidadores se sienten culpables de solo pensar en la intimidad en vista de todo lo que está ocurriendo


con su pareja". La demencia pone de relieve temas particularmente delicados en cuanto a la sexualidad. Sin embargo, dedicarle un tiempo a la intimidad puede ser invaluable para ambos,


especialmente cuando enfrentan una crisis de salud o cuando tienen que lidiar con una enfermedad crónica. A continuación, presentamos unos cuantos consejos: 1. HABLEN ABIERTAMENTE. Es


natural que quieran evitar temas incómodos o íntimos, pero trata de superar tu incomodidad y sé honesto con tu pareja en cuanto a tus necesidades y deseos, y de cómo afecta a ambos el


cuidado del otro. Este tipo de conversación "es fundamental para preservar la intimidad", dice O'Brien. 2. CONSIDERA HABLAR CON UN PSICÓLOGO O TRABAJADOR SOCIAL. Esto puede


resultar muy útil cuando quieres trabajar con tus sentimientos sin temor a que te juzguen o cuando aún no estás seguro de cómo abordar el tema con tu ser querido. "Puedes planificar


diferentes maneras para comunicarte", dice O'Brien. Los grupos de apoyo para cuidadores pueden ser además un buen lugar para ventilar tus frustraciones y sentirte menos solo. Con


toda probabilidad encontrarás muchas otras personas que comparten tus preocupaciones. 3. MANEJA TUS EXPECTATIVAS. Entiende que la fatiga, los efectos secundarios y —en especial cuando se


trata de cáncer o de otros padecimientos médicos graves o tratamientos— la pérdida de apetito sexual son reales. Puede que tu vida sexual no sea como antes, pero eso no significa que deba


desaparecer, dice O'Brien. "En ocasiones restamos valor a cosas como abrazar o agarrarse de manos, decir 'te quiero' o decirle cuán hermosa se ve esa persona en un


momento determinado —esos son los verdaderos pilares de la intimidad—".