
Urgente reformar los hogares de ancianos
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Él también indica que hay recursos estatales de financiamiento disponibles, como los programas públicos obligatorios de seguro de cuidados a largo plazo. El estado de Washington estableció
un programa de este tipo en el 2019 financiado con deducciones de nómina, similar al Seguro Social y a Medicare, que proporcionará un beneficio vitalicio de $36,500 a quienes cumplan con los
requisitos de participación. Se proyecta que para el 2050 le ahorrará al estado más de $440 millones en gastos de Medicaid, según la representante estatal Laurie Jinkins (demócrata),
presidenta de la Cámara de Representantes del estado de Washington. EVOLUCIÓN DE MINNESOTA PARA OPERAR MENOS CENTROS DE CUIDADOS Y PERMITIR RECIBIR MÁS ATENCIÓN EN EL HOGAR En Minnesota,
envejecer en el hogar no es simplemente una idea. Entre las 48,500 personas que reciben cuidados a largo plazo pagados por Medicaid, más del 70% reciben una exención que les permite recibir
servicios en el hogar y en entornos comunitarios, como centros de cuidados para adultos. El estado también impuso una moratoria sobre la construcción de nuevos hogares de ancianos o la
adición de camas a los ya existentes, excepto en circunstancias especiales. Todo esto es importante en un estado que envejece. En el 2020, la cantidad de residentes de Minnesota de 65 años o
más superó la de niños en edad escolar. “La realidad de esos datos demográficos da que hablar”, advierte Kari Thurlow, vicepresidenta de activismo de LeadingAge Minnesota, una asociación de
proveedores de servicios para adultos mayores sin fines de lucro y motivada por una misión. Adam Suomala, director ejecutivo de Minnesota Leadership Council on Aging, señala que cerca del
75% de los proveedores del estado son organizaciones sin fines de lucro u organizaciones religiosas; el promedio nacional es del 30%. “La motivación es importante”, advierte, y sostiene que
cuando una empresa se centra en las ganancias, la calidad de la atención puede verse afectada. En un indicador de los sistemas de cuidados a largo plazo que produjeron AARP y AARP
Foundation, Minnesota se ubicó en el primer lugar. Suomala también sostiene que los reembolsos estatales de Medicaid cubren un porcentaje más alto de los costos que en otros estados, lo que
ayuda a que las organizaciones sin fines de lucro se mantengan a flote. No obstante, Minnesota se ha visto duramente afectada por la pandemia. Para principios de diciembre, el coronavirus
había causado la muerte de más de 2,700 residentes de hogares de ancianos y centros de vida asistida. Esta cifra representa el 66% de las muertes por COVID-19 del estado; el promedio
nacional es de alrededor del 40%. Mary Jo George, subdirectora estatal de activismo de AARP en Minnesota, señala que los hogares de ancianos todavía tienen mucho trabajo que hacer: “La
pandemia puso al descubierto algunos verdaderos problemas estructurales en el estado, como la falta de fondos, de personal y de políticas rigurosas para el control de infecciones”. —Joe
Eaton 6. RENOVACIÓN DEL MODELO DE DOTACIÓN DE PERSONAL Un auxiliar de hogar de ancianos puede ser responsable de más de veinte residentes durante su turno. El trabajo es física y
emocionalmente exigente y puede haber vidas en juego; sin embargo, el salario promedio es de alrededor de $13 por hora. Los requisitos del cargo varían según el estado. En la mayoría, los
trabajadores hacen un curso de capacitación práctica y un programa de asistente de enfermería certificado (CNA), que generalmente dura de 75 horas a más de tres meses. Pero no debemos
dejarnos engañar por la terminología. Los requisitos estatales para obtener una licencia de estilista son más exigentes que para un asistente de enfermería certificado, advierte Lori Porter,
cofundadora y directora ejecutiva de la National Association of Health Care Assistants. Ahora que las restricciones impuestas por la COVID-19 disponen que los asistentes de enfermería
certificados pueden trabajar en un solo centro, muchos no pueden pagar los gastos básicos de manutención. Investigadores de UCLA y Yale University concluyeron que los asistentes de hogares
de ancianos que trabajaban en varios centros para ganar más dinero contribuyeron a la propagación de la COVID-19. Restringir a los trabajadores a un solo centro ofrecía la posibilidad de
reducir las infecciones por COVID-19 en un 44%, según el estudio. Sin embargo, la índole del trabajo, los bajos salarios y el alto nivel de estrés resultan en una escasez crónica de
trabajadores a los que recurrir, advierte April Verrett, presidenta del Local 2015 de la Service Employees International Union (SEIU) con sede en Los Ángeles, que representa aproximadamente
a 420,000 trabajadores de cuidados a largo plazo en todo el estado. Sin un aumento de salarios y mejores beneficios, los hogares de ancianos seguirán teniendo poco personal, dice Verrett.
Agrega que “Durante este brote, observamos que el personal está tan ocupado que apenas tiene tiempo para lavarse las manos y asegurarse de que el equipo de protección esté bien colocado”. 7.
OPTIMIZACIÓN DE LA SUPERVISIÓN Y LA PRESENTACIÓN DE DATOS En teoría, las reglas y regulaciones para operar un centro de cuidados a largo plazo seguro y saludable son detalladas y estrictas.
El problema, según los defensores de los residentes de hogares de ancianos, es que estas leyes y regulaciones no se hacen cumplir con rigor. Tomemos el caso del Pontiac Nursing Home. En
abril del 2019, el centro con fines de lucro de Oswego, Nueva York, fue citado por los inspectores estatales por “peligro inminente”, la contravención más grave, cuando un empleado se negó a
enviar a la sala de emergencias a un residente que tenía una temperatura de 104.4 grados. El hombre murió. Una inspección reveló que también murió otro hombre cuando los empleados esperaron
once horas para enviarlo a una sala de emergencias mientras él luchaba por respirar. El Gobierno federal impuso una multa de $21,393 a Pontiac. Mollot advierte que cuesta menos pagar las
multas y “continuar como de costumbre en vez de mejorar la calidad de la atención”. El senador Bob Casey, un demócrata que representa a Pensilvania y el miembro de mayor rango del Comité
Especial sobre el Envejecimiento, sostiene que la COVID-19 ha “potenciado” la necesidad de erradicar los hogares de ancianos que no brindan cuidados adecuados a los adultos mayores. Casey y
el senador Pat Toomey, un republicano que representa a Pensilvania, presentaron una nueva normativa que se propone lograr que los hogares de ancianos asuman una mayor responsabilidad. Casey
afirma que el proyecto de ley, que cuenta con el apoyo de AARP, “transformaría el proceso de supervisión de los hogares de ancianos que han incumplido continuamente con las normas de
seguridad y atención”. 8. RECONSIDERACIÓN DE ESTRUCTURAS DE TITULARIDAD Cerca del 70% de los hogares de ancianos operan con fines de lucro y muchos forman parte de organizaciones grandes,
complejas y, a menudo, poco transparentes. “Regular los hogares de ancianos como una empresa de servicios públicos para que sepamos exactamente a dónde se destina el dinero”, sugiere
Charlene Harrington, profesora emérita e investigadora de hogares de ancianos en University of California, San Francisco. “Solo se podría destinar una cierta suma a las ganancias, y el resto
tendría que destinarse a la prestación de servicios”. Según Harrington, sería aún mejor acabar con el modelo de titularidad con fines de lucro que domina la industria, en especial el modelo
de inversión de capital privado que propone la reventa rápida de propiedades para percibir ganancias rápidas y grandes. OBJETIVO: REMODELACIÓN DE LA INDUSTRIA 9. BRINDAR MÁS CUIDADOS EN
CASA Las innovadoras alternativas a los hogares de ancianos que han estado surgiendo en el país están captando una renovada atención a medida que las personas cuestionan los hogares de
ancianos como el modelo predeterminado para brindar cuidados. “Hasta hace poco, hemos elegido como sociedad no ver realmente los hogares de ancianos hasta que los necesitamos. Entonces, nos
sorprendemos, nos escandalizamos y nos estremecemos ante las condiciones de los centros”, indica Terry Fulmer, presidente de la John A. Hartford Foundation de la ciudad de Nueva York, una
organización dedicada a mejorar la atención que reciben los adultos mayores. “En este momento, tienen demasiadas regulaciones, fondos insuficientes y reciben poco respeto de la sociedad”,
señala. Un estudio reciente a cargo del Centro médico VA de Providence (Rhode Island) que analizó datos del 2014 en todo el país reveló que casi uno de cada ocho residentes de hogares de
ancianos tenía pocas necesidades de atención. Estos residentes necesitaban ayuda con la vida cotidiana, pero no necesitaban atención médica ni rehabilitación y podían comer, usar el baño,
levantarse de una silla y acostarse y levantarse de la cama sin ayuda. La solución puede ser ampliar los servicios de cuidados en el hogar, sugiere Nora Super, directora sénior del Milken
Institute Center for the Future of Aging. Los programas estatales que permiten que los fondos de Medicaid se utilicen no solo para hogares de ancianos sino también para los cuidados en el
hogar permitieron que más de 100,0000 personas abandonaran los hogares de ancianos entre el 2008 y el 2019. El programa de Medicaid, llamado Money Follows the Person, cuesta alrededor de
$882 millones al año, pero el Congreso debe volver a autorizarlo cada cinco años. “La reautorización indefinida del programa MFP reducirá la predisposición institucional de Medicaid hacia
los centros de cuidado”, advierte Super. 10. CREACIÓN DE HOGARES DE ANCIANOS MÁS REDUCIDOS Con demasiada frecuencia, los hogares de ancianos lucen, se sienten y funcionan como hospitales.
Susan Ryan, directora sénior del Green House Project, señala que los hogares pequeños y familiares son una mejor opción. En 300 hogares Green House de 32 estados, solo de diez a doce
residentes residen en un centro de vivienda y comparten una cocina abierta, un comedor y una sala de estar. Los asistentes de enfermería certificados especialmente capacitados trabajan
exclusivamente en una vivienda: preparan comidas, lavan la ropa, socializan, ayudan a los residentes a dedicarse a lo que les interesa y detectan signos iniciales de problemas de salud. “Los
índices de COVID-19 han sido mucho más bajos en los hogares de ancianos más reducidos”, según Ryan. “Todas las cualidades que los convierten en un excelente lugar para vivir también
posibilitan la prevención y el control de infecciones”. Un estudio del 2016 que comparó los costos en 15 hogares Green House con los de 223 hogares de ancianos convencionales reveló que los
costos de la Parte A de Medicare para las hospitalizaciones eran aproximadamente un 30% más bajos ($7,746 menos) para un residente de un hogar Green House. Super advierte que los hogares de
ancianos más reducidos pueden ganar terreno a medida que los operadores de los hogares de ancianos afronten la necesidad de actualizar sus establecimientos. “En cierto momento”, señala, “es
más fácil reconstruir que renovar”.