
Cuidado paliativo de una persona en sus últimos días - aarp en español
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Tal vez la situación para la que estamos menos preparados sea la de proporcionar apoyo emocional a nuestro ser querido en sus últimos días. No es una labor fácil. No lo es ni física ni
emocionalmente, por eso te comparto algunos consejos puntuales que te servirán de guía. De aquí puedes escoger los que necesites de acuerdo a tu circunstancia, con el objetivo de ponerlos en
práctica durante un difícil trayecto de despedida. 1. NO HAY NECESIDAD DE PRETENDER QUE LA PERSONA NO ESTÁ MURIENDO. Aceptar la realidad nos permite hablar con franqueza y actuar de manera
natural. Algunas personas se sienten incómodas al hablar de la muerte. Si tu ser querido es así, respeta su silencio con amabilidad y deja que sea él quien inicie la conversación. Pregúntale
cómo puedes mejorar su día o en qué puedes ayudarlo. Es una forma neutral de iniciar un diálogo, dándole control del tema, aunque no llegue a hablar de la muerte. Lo más importante es darle
control de lo poco que puede controlar. Anímalo a hablar permitiendo que lleve el rumbo de conversación. 2. LA SOLEMNIDAD, LA SERIEDAD Y EL SILENCIO permanente tal vez no sean los mejores
compañeros para esos últimos días. Las conversaciones naturales y ratos llenos de humor se convierten en recuerdos que podrás atesorar con tu ser querido. Recordar momentos especiales y
situaciones jocosas, o compartir algo gracioso que ha ocurrido recientemente puede dar pie a ratos de esparcimiento en los que se estrechen lazos familiares. No te sorprendas si tu ser
querido desea pasar sus últimos días riendo y bromeando, aun cuando se acerca la muerte. Es posible que esté preocupado por ti y, a través del humor, quiera hacer menos tenso el ambiente
para todos. 3. SI TU SER QUERIDO BUSCA MOMENTOS DE SILENCIO, RESPÉTALO. Es muy posible que, al estar en sus últimos días, quiera disfrutar de tu presencia. Enfócate en la compañía que le
das, disfruta cada momento que todavía puedes compartir, y compenétrate con la persona en ese momento y espacio. Si se rompe el silencio, escucha a la persona con atención, mírala a los
ojos, toma sus manos y espera tu turno de hablar. Al vivir sus últimos días, tal vez sea más importante para tu ser querido ser escuchado que oír palabras tranquilizadoras.