El tiempo libre para quienes cuidan es una necesidad

El tiempo libre para quienes cuidan es una necesidad


Play all audios:


Pregúntale a cualquier cuidadora que se dedique a eso las 24 horas cuántos descansos se toma y la respuesta suele ser "muy pocos" o incluso peor: "ninguno". Sabemos que


pasar tiempo fuera del papel de cuidador es absolutamente necesario. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. A falta de un equipo sólido de cuidadores, el cuidado de relevo es inestimable.


El cuidado de relevo es una asistencia suplente temporal que permite a los cuidadores familiares alejarse de sus deberes durante un rato: pueden relevarlos un par de horas, un día completo,


una noche o un período de días o semanas. No obstante ese alivio, muchos cuidadores se enfrentan a barreras o a resistencia personal contra este recurso de suma importancia. Yo tuve que


llegar al agotamiento físico total antes de aceptar ayuda de relevo en el cuidado de mi madre. Físicamente, ella estaba frágil, recuperándose de una operación cerebral, quimioterapia y


radioterapia intensas. Yo ni quería ni podía dejar su lado. El miedo a que sufriera una complicación médica o incluso que falleciera durante mi ausencia me mantenía en la mentalidad de que


"nadie puede hacer lo que yo hago". La realidad fue que pedir que me relevaran me ayudó a hacerlo incluso mejor. Una combinación de ayudantes de hospicio, una agencia de auxiliares


de cuidados en el hogar y un cuidador privado me dieron más tiempo para gestionar el plan médico de mi madre, los quehaceres diarios de la casa y mi trabajo, y la oportunidad de alejarme de


la rutina para ver a mi marido y descansar más. Sin exagerar, el cuidado de relevo me ahorró una crisis emocional. ¿Aprendí la lección la primera vez? ¡En absoluto! Hace poco, mi marido


estuvo físicamente incapacitado: 100% incapaz de caminar, pararse o incluso sentarse. El hospital lo mandó a casa con estas instrucciones: "No intente levantarse de la cama durante al


menos un mes, probablemente más". De repente, nuestra casa había perdido un par de manos sumamente necesarias. Teníamos un niño pequeño y yo acababa de abrir un despacho de abogados. Me


vi otra vez en el inesperado papel de cuidadora las 24 horas y lo enfoqué con la misma mentalidad. Pensé: "Yo puedo con todo esto. Nadie puede hacer lo que yo hago".