
Escasez de geriatras - dónde encontrar especialistas
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LA ESCASEZ SE ESTÁ VOLVIENDO GRAVE Los geriatras tienen un papel fundamental cuya importancia aumenta cada vez más a medida que Estados Unidos envejece. Sin embargo, no hay muchos de estos
especialistas, y la escasez se está volviendo más grave. Estados Unidos necesitará más de 23,000 nuevos geriatras para el 2030, según la American Geriatrics Society (Sociedad Estadounidense
de Geriatría). Una de las razones por las cuales la brecha no se está eliminando es que los geriatras están entre los especialistas médicos peor remunerados, lo cual puede plantear un gran
problema para los estudiantes que se gradúan con deudas enormes. A muchos médicos nuevos quizás les atraigan los pacientes más jóvenes, pues tienen mayores probabilidades de curarse. A otros
les llaman la atención las especialidades que les permitirán trabajar con llamativas tecnologías nuevas. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more
Entretenimiento offers > Otros más tal vez no deseen que sus consultorios dependan tanto de Medicare y de los trámites burocráticos que eso conlleva. El acceso limitado a los cuidados
geriátricos “será el problema más importante de salud pública de los próximos 50 años”, predice Heather E. Whitson, geriatra de la Facultad de Medicina de la Duke University. CUIDADOS
COMPASIVOS Kim Batcheller, un abogado jubilado que vive en Portland, Oregón, recuerda cómo se le debilitó la pierna derecha a medida que envejecía. Le empezó a doler cuando caminaba. La
cojera se le empeoró. Temía que algún día ya no podría movilizarse por sí mismo. Era debido a una lesión deportiva antigua, y los médicos le dieron pocas esperanzas de mejorarse. Por último,
a medida que su preocupación aumentaba, buscó a un geriatra. El nuevo médico le mandó un tratamiento completo, que incluía ejercicios de fortalecimiento y electricidad para estimular los
nervios de la pierna más débil. Y sorprendentemente, funcionó. “Hace seis años, me hubiera costado trabajo caminar una cuadra”, dijo Batcheller, quien ahora tiene 76 años. “La espalda me
dolía. No tenía energía. No quería salir. Ahora puedo caminar tres millas”. Una cuidadora dijo que después de que la memoria de su madre se deterioró, el cuidado más compasivo provino de un
geriatra. “Muchos médicos simplemente la ignoraban y hablaban como si ella no estuviese ahí, y eso me molestó”, recordó Deanne Groves.