
Cuando la gripe puede causar la muerte
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| La temporada de gripe del año pasado fue una de las más leves de la historia, un aspecto positivo excepcional de la pandemia de COVID-19. Pero la temporada 2021-2022 podría ser notable,
especialmente para los adultos mayores, que son más propensos a la gripe y sus complicaciones. “Este año, las escuelas y los negocios están abiertos, las personas han salido más de casa y no
todos están siguiendo las órdenes de uso de mascarillas”, dice el Dr. Joseph Gastaldo, jefe del Sistema de Enfermedades Infecciosas en OhioHealth, un sistema de atención médica en el centro
de Ohio. “Según la gravedad de la temporada de gripe, entre 750,000 y 1 millón de personas son hospitalizadas cada temporada de gripe en Estados Unidos, y entre 30,000 y 80,000 fallecen
debido a esta enfermedad”, dice el Dr. Ryan Oyer, especialista en enfermedades infecciosas de Kaiser Permanente en Denver. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
(CDC), aproximadamente el 90% de estas muertes, así como entre el 50 y el 70% de las hospitalizaciones relacionadas con la gripe, ocurren entre las personas de 65 años o más. CÓMO EMPEORA
LA ENFERMEDAD La gripe misma puede ser mortal para pacientes vulnerables debido a sus problemas de respiración y a la deshidratación. Pero las complicaciones como la neumonía son las que de
verdad causan la muerte. Comienza con inflamación. “El cuerpo se inflama debido a la gripe, para combatir la infección”, afirma el Dr. William Schaffner, profesor de medicina preventiva y
enfermedades infecciosas del Centro Médico de Vanderbilt University y director médico de la National Foundation for Infectious Diseases. Eso causa las molestias, los dolores y las
dificultades para respirar que te hacen sentir como que has luchado en una batalla. El virus de la gripe también se adhiere a las células que revisten las mucosas en la nariz, la parte de
atrás de la garganta y los bronquios, y las infecta, explica Schaffner. Por lo general estas células expulsan del cuerpo los virus infecciosos a través de la nariz o la boca, o la persona se
los traga. Pero cuando las células están afectadas por la gripe, permiten que las bacterias se deslicen hasta los bronquios y desencadenen una infección secundaria en los pulmones.
Lamentablemente, estar acostado en la cama hace que las personas, en particular quienes tienen la salud más delicada, sean más sensibles a la neumonía. “No tosemos tan enérgicamente cuando
estamos acostados”, señala Schaffner. “No eliminamos nuestras secreciones de manera efectiva cuando estamos en esta posición”. Y la situación puede empeorar a partir de ahí. Cuando aparece
la infección, las bacterias pueden obstruir los sacos de aire en los pulmones. Eso no solo dificulta la respiración, sino que también puede permitir que las bacterias escapen al torrente
sanguíneo, causen una infección conocida como sepsis y, a la larga, lleven a una insuficiencia orgánica. “Cuando eso les pasa a personas de edad avanzada o a quienes tienen enfermedades
preexistentes, las tasas de mortalidad pueden ser de entre un 10 y un 20%, a pesar del hecho de que tenemos disponibles buenos antibióticos”, dice Schaffner.