Diálisis renal en el hogar tiene sus desafíos

Diálisis renal en el hogar tiene sus desafíos


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Con este tratamiento, un líquido llamado dialisato (agua, electrolitos y sales) se introduce en el abdomen del paciente mediante un catéter implantado quirúrgicamente. Allí, absorbe los


desechos y el exceso de líquido durante varias horas antes de que se drene. Alrededor del 10% de los pacientes dializados eligen la terapia peritoneal, incluidos 18,500 adultos mayores, de


acuerdo con los datos federales. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Reynolds lo hace mientras duerme —una opción


popular—. Su rutina: después de cenar, prepara dos bolsas de dialisato, ungüentos, soluciones estériles, vendas de gasa y un cartucho nuevo para su equipo de diálisis con cuatro tubos


conectados. Le toma 23 minutos reunir todo, limpiar el área del catéter y esterilizar el equipo, y aproximadamente el mismo tiempo deshacerlo en la mañana. Justo antes de irse a dormir,


Reynolds se conecta a su dispositivo de diálisis, que funciona por 7 horas y media. “Vivo una vida normal y productiva”, dijo Reynolds, “y estoy decidido a que esto funcione”. LA


CAPACITACIÓN ES EXIGENTE En diciembre del 2003, cuando Letisha Wadsworth comenzó la hemodiálisis en el hogar en Brooklyn, Nueva York, trabajaba en una agencia de servicio social y quería


mantener su empleo. Hacerse la diálisis por la noche lo hacía posible. Esta terapia requiere que el paciente se eduque y capacite durante uno a dos meses y, por lo general, tenga un


compañero de cuidado. Con cada tratamiento, a menudo se inyectan dos agujas en las venas del brazo del paciente. Se extrae la sangre del paciente a través de una máquina, donde se limpia y


eliminan los desechos, antes de inyectársela de nuevo. La capacitación fue “rigurosa” y “nos resultó bastante aterradora”, dice Wadsworth, de 70 años, quien fuera acompañada de su esposo,


Damon. “Aprendimos mucho, pero no sabíamos los problemas que podrían surgir". Por ejemplo, Wadsworth tuvo que aprender qué hacer si entraba aire en alguna de las sondas y cuándo ajustar


la velocidad a la que se extraía e inyectaba la sangre a través de la máquina. Otro problema: encontrar dónde guardar las 30 cajas grandes de suministros (líquidos, filtros, agujas,


inyectadoras y más) que llegaban todos los meses. Damon, de 73 años, la ayuda a preparar todo. La rutina: la diálisis comienza cerca de las 8 p.m. y dura cinco horas, cuatro días a la


semana. Durante ese tiempo, ella cena, ve la televisión, habla por teléfono o juega Scrabble con su esposo.