
Nuevos tratamientos para quienes tienen pérdida auditiva
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“Básicamente, este fármaco se adhiere al cisplatino y lo desactiva”, explica Peter Weber, otorrinolaringólogo del Boston University Medical Center y director médico de Decibel. “Hemos tenido
tanto éxito para curar estos tipos de cáncer que ahora cobran importancia estos efectos secundarios, como por ejemplo haber salvado la vida, pero no poder oír”, agrega. * En un estudio
financiado por el Departamento de Defensa de EE.UU., científicos de la Facultad de Medicina de la Southern Illinois University (SIU) recientemente finalizaron estudios en seres humanos de
una forma concentrada de D-metionina, un aminoácido natural que se encuentra en el queso y el yogur, para evitar la pérdida auditiva y el tinnitus vinculado al ruido excesivo durante el
entrenamiento con rifles M16. Sin embargo, no se trata de un problema exclusivo de los militares, aunque la pérdida auditiva causada por el ruido es el motivo más común por el que las tropas
no pueden ser reasignadas. También afecta a los trabajadores de sectores tales como agricultura, orden público, construcción, minería y música. Los estudios con animales de laboratorio
indican que el compuesto, que parece actuar mediante la neutralización de moléculas destructivas conocidas como radicales libres, es eficaz para impedir la pérdida auditiva causada por el
ruido si se administra durante las 48 horas anteriores o posteriores a la exposición a dicho ruido. “Cuando los oídos se exponen a una toxina, ya sea quimioterapia o el ruido de herramientas
eléctricas, motocicletas o incluso fuegos artificiales, el organismo produce muchos radicales libres”, explica Kathleen Campbell, investigadora principal del estudio y profesora de
investigación en la Facultad de Medicina de la SIU. “El organismo tiene mecanismos de reparación que recogen estas moléculas tóxicas, pero cuando el nivel del ruido es alto estos sistemas se
pueden sobrecargar”. Campbell explica que agregar otro antioxidante puede restaurar este equilibrio natural. Si bien es probable que pasen al menos otros cinco años antes de que alguno de
los medicamentos que mencionamos esté disponible, si demuestran su eficacia, estos tipos de tratamientos podrían cambiar radicalmente la forma en que tratamos la pérdida auditiva, dice
Schilder, del University College London Ear Institute. Agrega que “en lugar de hacer una operación o derivar a un paciente a un audiólogo para que obtenga un audífono, tendremos un arsenal
de medicamentos que se pueden recetar según cada caso en particular”.