Lo que debes saber sobre el trastorno de ansiedad social

Lo que debes saber sobre el trastorno de ansiedad social


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Haz un esfuerzo para salir de tu zona de confort intentando hacer cosas que te causen un poco de ansiedad para ir adquiriendo confianza de a poco. “La idea es crear un punto de partida con


pequeños triunfos”, dice Gazipura. Por ejemplo, trata de salir de la casa todos los días, aunque solo sea para caminar un rato o comprar alimentos. Pregunta la hora o pide indicaciones a


otras personas en la calle, aunque sepas cómo llegar a destino. CONSEJOS PARA AFRONTAR SITUACIONES SOCIALES Las personas que tienen ansiedad social tienden a evitar interacciones. Incluso


cuando se atreven a asistir a una reunión social, evitan hablar. Aquí compartimos algunas tácticas para entablar una conversación trivial. DEJA DE PENSAR TANTO. “Las personas que tienen


ansiedad social tienden a pensar demasiado”, señala Cohen. Pueden enfocarse en pensamientos negativos y autocríticos o imaginar que las personas con las que interactúan tienen opiniones


críticas sobre ellos. También pueden comenzar a programar desesperadamente sus ideas —tratando de decidir qué decir a continuación— en vez de realmente escuchar lo que dice la otra persona.


La ironía es que, cuando nos preocupamos demasiados sobre cómo nos perciben, la percepción será peor porque estamos distraídos, explica Cohen. Sé curioso y haz preguntas. El secreto de una


buena conversación es hacer que la otra persona se sienta interesante. Cohen agrega que “Si eres tú el que habla, concéntrate en lo que estás diciendo en lugar de criticar cómo te estás


expresando”. PROFUNDIZA (UN POCO). A las personas que tienen ansiedad social no les gusta ser el foco de atención porque temen que eso aumente las posibilidades de causar una mala impresión,


tal vez por hablar fuera de lugar o decir una tontería. Cuando las personas socialmente ansiosas hacen un comentario, tienden a ser muy breves. Eso hace difícil que los demás puedan


participar en la conversación. También crea un círculo vicioso, señala Cohen: “Una persona con ansiedad social ve que la conversación no prospera y piensa que es porque no sabe conversar


bien, cuando en realidad es porque dice muy poco, lo que dificulta establecer una conexión con ella”. Su consejo es decir todo en tres frases, no en tres palabras. Si alguien te pregunta de


dónde eres, no respondas simplemente “Lancaster, Pensilvania”. Agrega un par de oraciones sobre el lugar donde vives. Por ejemplo: “Lancaster, Pensilvania. Nos mudamos allí hace tres años, y


es hermoso. Pero como viví casi toda mi vida en una gran ciudad, me llevó un tiempo acostumbrarme al ritmo más lento”. Esto aumenta notablemente las posibilidades de que alguien se


relacione con lo que dices. APRENDE A INICIAR Y FINALIZAR UNA CONVERSACIÓN. Esta puede ser la parte más difícil. Cuando se trata de comenzar una conversación, puedes sentir temor de que la


persona no tenga tanto interés en hablar contigo. Al terminar una conversación, puedes sentir miedo de interrumpir el tema de forma inoportuna o de herir los sentimientos de la otra persona


de alguna manera. Cohen recomienda no pensar demasiado. Demuestra interés en la persona con una pregunta inicial, como “¿De dónde conoces al anfitrión?" o “¿A quién conoces aquí?”. Para


cerrar la conversación, di amablemente “Me gustó mucho conversar contigo, espero verte más tarde. Disfruta del resto de la fiesta”. Otra forma ingeniosa de interrumpir la conversación y


mostrarte muy considerado es simplemente decir “Bueno, te dejo ir”, una forma cortés de expresar que nada te gustaría más que escuchar todo sobre los nietos de la otra persona, pero no


deseas privar a los demás invitados de escuchar sus amenas historias. TÉCNICAS PARA RELAJARTE ANTES DE LAS REUNIONES EJERCITA LOS PULMONES. “Respirar profundamente mientras te concentras en


la respiración —la sensación en la nariz y el pecho— es eficaz cuando tienes ansiedad en anticipación de algo que sucederá pronto”, señala Cohen. Puedes agregar un mantra —una palabra o


frase, como “relájate” o “adelante”— y repetirlo en silencio con cada respiración. También puedes concentrarte en imágenes calmantes, visualizar que te relajas en una playa tropical, que


estás parado debajo de una cascada o incluso que tomas una ducha tibia. DISTRÁETE. Los ejercicios de afianzamiento ayudan a alejar la atención de los pensamientos negativos. Puedes probar


este: piensa en dos o tres categorías, por ejemplo, “canciones de los Beatles”, “razas de perros” o “campeonatos del Super Bowl”. Dedica uno o dos minutos a enumerar mentalmente todos los


ejemplos que puedas de cada categoría. MUÉVETE. Elimina el exceso de tensión con algunos ejercicios, como saltos de tijera o trotar en el lugar. También puede ayudar hacer un estiramiento


moderado en el que ejercites todos los grupos musculares principales. Después de esta breve sesión de ejercicio, toma un momento para prestar atención a las sensaciones de tu cuerpo.