
Lo que debes saber de una infección por c. Difficile
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4 FORMAS DE PREVENIR LAS INFECCIONES POR _C. DIFFICILE_ La toma de conciencia es un primer paso para protegerse contra la infección por _C. difficile_. Otras formas en que los proveedores de
atención médica y las personas pueden reducir el riesgo incluyen las siguientes: 1. UNA BUENA HIGIENE Lavarse bien las manos y mantener limpios los espacios compartidos (especialmente los
baños) protege contra un sinfín de infecciones. La infección por _C. difficile_ se propaga rápidamente en los centros de atención médica, tanto entre el personal como entre los pacientes
inmunodeprimidos, en parte debido a la falta de higiene. 2. ADMINISTRACIÓN DE ANTIBIÓTICOS Para los pacientes, esto significa no insistir en recibir una receta para cada enfermedad.
(Recuerda que los antibióticos solo son eficaces contra las infecciones bacterianas y no las víricas). Entre los profesionales de atención médica, puede significar limitar la tradición de
medicar a los pacientes con antibióticos antes de ciertos procedimientos. Debra Goff, profesora de Prácticas y Ciencias Farmacéuticas de Ohio State University, es asesora científica de la
Peggy Lillis Foundation y está trabajando para actualizar las guías sobre el uso de antibióticos en el sector odontológico. 3. ATENCIÓN A LAS ALERGIAS A las personas que son —o creen ser—
alérgicas a la penicilina y a otros antibióticos similares de bajo espectro se les suele recetar en cambio un antibiótico de amplio espectro. “Estos antibióticos, que pueden atacar muchos
tipos de bacterias, suelen tener más efectos secundarios, como un mayor riesgo de contraer infecciones como la de _C. difficile_”, señala Kenneth Lawrence, farmacéutico y director ejecutivo
de Seres Therapeutics. Agrega que algunas personas que sospechan o les han dicho de forma informal que son alérgicas a la penicilina, en realidad no lo son. En estos casos, Lawrence
recomienda que el paciente consulte directamente con el médico o el farmacéutico para evaluar la probabilidad de que lo sea. 4. ALIMENTACIÓN SANA Y UN PROBIÓTICO DIARIO Se sabe que las
bananas, el arroz, el puré de manzana, las tostadas y el yogur con un alto contenido de cultivos vivos son alimentos saludables para el intestino. Las bebidas y los alimentos fermentados
—como el kimchi, el chucrut, el tempeh, la kombucha y el kéfir— se consideran buenos para prevenir la infección por _C. difficile_. La deficiencia de vitamina D, que es común en la población
de EE.UU. y sobre todo en los adultos mayores, es un factor de riesgo de esta infección, por lo que un suplemento o una dieta que incluya alimentos ricos en vitamina D son buenas medidas.
Además, consumir un probiótico de alta calidad cuando se toman antibióticos —e incluso cuando no se toman— puede ayudar a mantener las bacterias beneficiosas del intestino en condiciones
óptimas y evitar la infección por _C. difficile_. La eficacia de un probiótico depende en gran medida de su calidad. Según Gail Cresci, especialista en microbios intestinales de Cleveland
Clinic, una sugerencia inicial es buscar uno que tenga al menos 1,000 millones de unidades que formen colonias y que contenga lactobacilos, bifidobacterias o _Saccharomyces boulardii_.