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1. REDUCE LA PRESIÓN ARTERIAL El potasio es un nutriente en el que probablemente no piensas mucho, pero la mayoría de las personas en el país no consumen la cantidad diaria recomendada. Este

dato puede hacerte pensar en comer una banana, que por supuesto, es una gran fuente de potasio. Pero primero, considera esto: una papa mediana horneada con piel tiene más del doble de

potasio que una banana mediana. Las papas son una excelente fuente de potasio.   Eso es importante porque el potasio ayuda a tu cuerpo a eliminar el sodio a través de la orina. Se sabe que

el sodio aumenta la presión arterial y, a diferencia del potasio, la mayoría de nosotros consumimos más sal de la que necesitamos cada día. Si la proporción entre potasio y sodio en tu

cuerpo está desequilibrada, esto puede tener un efecto negativo en tu presión arterial. Y la hipertensión puede aumentar tu riesgo de padecer enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.

"Ya que muchas personas mayores padecen hipertensión, eliminar las papas de la dieta, es decir, eliminar ese potasio, puede ser enormemente problemático", dice Slavin.  De hecho,

la dieta DASH, cuyo principal objetivo es reducir la presión arterial, incluye las papas por su contenido de potasio. Solo asegúrate de omitir la mantequilla, la crema agria y la sal. En su

lugar, sazona este vegetal con hierbas saludables para el corazón, ajo, aceite de oliva y limón. See more Seguro offers > 2. AYUDA A CONTROLAR EL PESO ¡Sorpresa! Puede que hayas

renunciado a las papas con la esperanza de perder esas libras que se acumulan misteriosamente a medida que envejeces. Pero este tubérculo —especialmente si se deja enfriar después de

cocinarlo— podría ser un arma secreta para perder peso.  Las papas crudas contienen un tipo de fibra conocida como almidón resistente, que tu cuerpo solo puede digerir lentamente. Las

investigaciones han demostrado que este tipo de almidón puede ayudar con la pérdida de peso. Te ayuda a sentirte lleno por más tiempo, así que comes menos. Pero cuando cocinas esta

hortaliza, la mayor parte de ese almidón resistente se transforma en una sustancia similar a la gelatina que se digiere al instante. Esta puede ser la razón por la que piensas que no

deberías comer papas. Pero si las dejas enfriar, se produce un pequeño milagro: una parte de esa sustancia pegajosas se convierte de nuevo en almidón resistente, el tipo que es bueno para tu

salud. "Definitivamente es mejor que comer papas calientes, que normalmente se digieren muy rápido", dice Hu. Un estudio reveló que hornear en lugar de hervir las papas antes de

refrigerarlas llevó a un mayor aumento en almidón resistente, pero ambos métodos de cocción proporcionaron beneficios.  "Me gusta hervir algunas papas, refrigerarlas y luego usarlas en

recetas", explica Slavin. "Brindan mucha flexibilidad de este modo, y eso aumentará tu consumo de almidón resistente". Prueba el consejo de Slavin para preparar una ensalada

niçoise con atún enlatado, o una frittata fácil. Ten en cuenta que, si recalientas las papas cocidas y enfriadas, sacrificarás parte de ese almidón resistente, pero generalmente retienen una

mayor cantidad que las papas recién cocidas.