
Cómo ser feliz en los momentos más difíciles
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MUÉVETE… Y RESPIRA La actividad física puede potenciar tu felicidad al reducir el estrés y liberar sustancias químicas cerebrales que te hacen sentirte bien. El yoga es una buena opción.
“La combinación de posturas simples y respiración profunda te puede hacer sentir más feliz”, señala Amy Weintraub, instructora y autora del libro _Yoga for Depression._ “Le aporta más
oxígeno al cerebro, estimula el nervio vago que calma la ansiedad metal y, con el tiempo, también puede producir cambios cerebrales favorables”. HAZTE UN MOMENTO PARA DISFRUTAR Una manera
maravillosa para aprender a disfrutar es hacer una pausa para gozar de los momentos maravillosos, como un amanecer, el canto matinal de los pájaros o la alegría que nos brindan las mascotas.
También puedes entretener un recuerdo entrañable, escuchar música que te transporte a algún momento especial o detenerte a mirar algunas fotos viejas. “El hábito de disfrutar las cosas
puede aumentar la felicidad durante períodos más largos", señala Jennifer Smith, directora de investigación de Mather Institute en Evanston, Illinois. LECCIÓN 3: TRABAJA CON LA BIOLOGÍA
DE TU FELICIDAD Estas son las noticias optimistas: en general, las personas se vuelven cada vez más felices a medida que atraviesan la edad avanzada. “En realidad, la felicidad se
desarrolla en una curva en forma de U”, señala David Blanchflower, un economista de Dartmouth College que en enero publicó dos informes sobre el tema que acapararon mucha atención. En pocas
palabras, en general las personas alcanzan niveles altos de felicidad poco después de los 20 años, bajos niveles en la mediana edad (según Blanchflower, alrededor de los 47) y luego a partir
de ese momento comienzan a sentir un aumento progresivo de alegría. No nos referimos a una particularidad cultural de las personas en Estados Unidos, ya que en el estudio participaron
personas de 132 países. “La curva en forma de U se observó en lugares donde los salarios son altos y lugares donde son bajos, en países en los que la expectativa de vida es alta y en países
donde es baja”, señala. ¿Qué explica esta curva? “Tal vez sean los genes”, indica Blanchflower. “Tal vez sea que reconocemos nuestras limitaciones. Cualquiera sea la razón, está integrada
dentro de nosotros”. Frank Infurna, psicólogo de Arizona State University, tiene su propia teoría. Acaba de terminar de estudiar a 360 hombres y mujeres de mediana edad, y se sorprendió al
ver que sentían mucho más estrés de lo que había sospechado. “Descubrimos que la mediana edad se ha convertido en una etapa de crisis”, señala Infurna. “Sin embargo, no es la clase de crisis
que existe en la imaginación popular”, es decir, la misión insensata para recuperar los días gloriosos de la juventud. “La crisis de la mediana edad que sienten la mayoría de las personas
es más sutil, más difusa”. Es un momento de mucha presión en el que los adultos deben tomar decisiones difíciles sobre el modo de distribuir sus recursos —tiempo, emociones, dinero,
aptitudes— entre ellos mismos, el trabajo, los hijos y los padres mayores. Sin embargo, estos retos tienen un lado positivo. Las décadas de experiencia de vida se combinan con la
reprogramación cerebral para crear una nueva clase de felicidad en las personas de 50 años o más, explica el Dr. Dilip Jeste, neurocientífico de University of California, San Diego. Estos
cambios cerebrales que suceden tarde en la vida tienen la misma relevancia que las actualizaciones de los circuitos que convierten a los adolescentes en adultos o que nos enseñan a ser
buenos padres cuando nace el primer hijo. “En las personas mayores que se mantienen activas física, mental y socialmente, vemos el crecimiento de lo que conocemos como neurobiología de la
sabiduría”, señala Jeste. “No te enfadas tanto cuando las cosas salen mal. Te enfocas en lo positivo, en las personas y en los vínculos. Te sientes genial cuando tienes una razón de ser”. En
su Laboratorio de Emoción y Cognición de University of Southern California, la neurocientífica Mara Mather encuentra señales de estos cambios en la profundidad del cerebro humano. Mather
investiga el modo en que el cerebro reacciona a la información en diferentes edades. Entre sus conclusiones: las personas mayores recuerdan y prestan atención a las imágenes positivas (bebés
adorables, parejas felices, familias alegres) más que las imágenes negativas. También recuerdan más experiencias positivas de su pasado. Mientras tanto, la felicidad también está
apareciendo en nuestro ADN. Meike Bartels es una destacada experta en la genética de la alegría. Desde el 2016, la profesora de investigación y su equipo de Vrije University, en Amsterdam,
han descubierto 304 genes “felices”. Bartels sospecha que puede haber más de 1,000 genes relacionados con el bienestar emocional. “Hemos descubierto que del 35 al 40% de la diferencia entre
los niveles de felicidad se debe a la genética”, señala. Bartels considera que tenemos que respetar las cosas únicas que nos hacen felices a cada uno. Están programadas en nosotros. “A
algunas personas el ejercicio les levanta el ánimo. Pero a otras no. Tal vez te haga más feliz pasar tiempo en la naturaleza, y a otros no”, indica. “Los gustos, las aversiones y las
preferencias de cada persona son una parte profunda de quienes somos: son parte de nuestro propio ADN, que es único”. Pocas personas conocen el origen de la canción “Here Comes the Sun”,
pero la historia captura lo que Bartels y otros han estado diciendo. La canción fue compuesta cuando a los Beatles parecía salirles todo mal. Como George Harrison simplemente no podía
enfrentar otra estresante reunión de negocios con los integrantes de la banda y los contadores, en vez de asistir se fue a la casa de su amigo Eric Clapton. Le pidió prestada una guitarra y
compuso la melodía mientras caminaba por un jardín. En el momento de la grabación, John Lennon se estaba recuperando de un accidente de auto, por lo que nunca colaboró con la canción. El día
que mezclaron la canción fue la última vez que los cuatro Beatles estuvieron juntos en un estudio de grabación. De una situación con tanta tensión nació una de las canciones más felices de
nuestra vida.