
Los 'currantes' que sirven la diversión en la feria de córdoba: «lo básico es buena cara ante cualquier situación»
- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:

Alfredo Martín-Górriz Córdoba 30/05/2025 ACTUALIZADO A LAS 19:39H. Si en el mundo de la HOSTELERÍA pudiera considerarse una parcela determinada como zona de guerra, y a sus trabajadores
corresponsales en plena batalla, esa área sería el mundo de las fiestas. Entre ellas sobresale la FERIA DE CÓRDOBA, una de las más grandes y populosas, capaz de superar con creces el millón
de visitas. Cada caseta se convierte entonces en un bar o restaurante con constante concurrencia, donde cada hora es hora punta, y las horas puntas se quedan ya sin calificativos. Muchas
personas aprovechan ese periodo para dedicarse a esta particular atención al público, haciendo un pequeño parón en su trabajo cotidiano o a sus estudios. GRANDES EQUIPOS DE CAMAREROS Y
COCINEROS desembarcan en El Arenal durante un paréntesis de nueve días en el que la ciudad parece trasladarse a este ruidoso y festivo recinto. La labor incesante en las barras y mesas curte
al novato y convierte en maestro al más experto. Es la hora de la bulla en su máxima expresión. Un ejemplo de equipo joven se encuentra en la caseta tradicional Al Alimón, que se ha
estrenado con gran éxito en esta edición de la Feria de Córdoba, obteniendo un premio precisamente de la ASOCIACIÓN DE CASETAS TRADICIONALES (ATC) por su ambiente y decoración. En ella
trabaja en diversas labores un grupo de socios voluntarios que se ocupan de todo durante el periodo de fiesta, en un lugar que cuenta con dos espacios, una zona de comedor y otra exterior,
con la barra dando a ambos lados. Su oferta culinaria es equiparable a la de un restaurante convencional por la variedad de referencias. Una de las coordinadoras del equipo es LAURA GÓMEZ,
que ya tenía experiencias anteriores en la Feria de Córdoba con otra caseta, pero que se dedica normalmente a algo completamente diferente: el comercio exterior. «Este proyecto que se ha
montado aquí es muy bonito y tiene un perfil de público muy bueno, lo que hace más fácil el trabajo», declara. ¿Qué se aprende al atender a tantísima gente con innumerables solicitudes a la
vez? «Yo creo que se puede extrapolar a otra situaciones, ya que un problema aquí con una nevera o una comanda te enseña a gestionar situaciones de estrés en otros aspectos de la vida»,
señala. CUESTIONES DISTINTAS Por su parte, ELENA FERNÁNDEZ ya contaba con experiencia en otras ferias, como la de Peñarroya, pero esta es la primera vez que trabaja en la de Córdoba. En
estos momentos está terminando sus estudios de magisterio y, en breve, se unirá a los esforzados opositores que lucharán por obtener una plaza en el mundo de la docencia. «Lo básico en esta
labor es mantener la compostura, una actitud correcta y una buena cara ante cualquier situación, así como la tranquilidad y una sonrisa aunque tengas que corretear de aquí para allá»,
indica. Ambas coinciden en que lo más duro de la Feria de Córdoba, al menos este año, está siendo el calor, capaz de sobreponerse al aire acondicionado del lugar, y una duración de nueve
días «que al final hace un poquito de mella», afirma Laura Gómez. Otros camareros del equipo de socios son CRISTINA GARCÍA Y ALEJANDRO BAENA. Los dos contaban con experiencia anterior en la
Feria de Córdoba, y en concreto en la CASETA DE EL BOCAO. Cristina se dedica también a una cuestión completamente distinta, pues es profesora en una escuela infantil, aunque también lo
combina con ocasionales trabajos en la hostelería. «Los momentos de bulla y presión me gustan», reconoce entre risas. Alejandro, sin embargo, es uno de los trabajadores habituales de uno de
los lugares de copas más conocidos de la ciudad, el LONG ROCK, por lo que la hostelería es su ocupación habitual. «Lo principal es el trabajo en equipo y el compañerismo, todo sale para
adelante si existen por mucha bulla que venga», señala Cristina. «La mezcla de presión en algunos momentos y equipo que te acompaña hacen una hermandad, lo que te lleva a repetir otros
años», concluye Alejandro. Reportar un error