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Día Mundial de la Fertilidad

Así es el duelo por el bebé no nacido en las parejas que desean tener un hijoUna experta en fertilidad explica el proceso emocional al que están sometidos «La clave es solucionar el problema

de raíz de la pareja para facilitar su fertilidad natural» Laura Peraita

Madrid

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Iniciar sesión04/06/2025Actualizado a las 06:23h.Compartir Copiar enlace

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Suscribete Cuando una pareja que desea tener hijos y lo intenta durante meses y meses, pero el bebé deseado no llega, es habitual que en ellos aparezca cierto desánimo que, en ocasiones, es

muy complicado de sobrellevar. Ana de la Encarnación, bióloga de Clínicas Eva, ... asegura que llegan a las clínicas de fertilidad exhaustas «y con la relación ya deteriorada por lo que

pueden llegar a considerar un fracaso».

¿Cuáles son sus principales sentimientos y emociones?

Se dan una serie de emociones comunes que incluyen culpa, vacío, confusión, ansiedad… Se puede apreciar en estas personas una gama de emociones, que van desde la incredulidad al sentimiento

de fracaso y de vacío. También pueden aparecer trastornos depresivos.

¿En qué consiste el duelo por el niño no nacido?

Este duelo puede darse ante la imposibilidad de lograr el embarazo o también ante la pérdida de un bebé durante la gestación. El primero es la sensación de pérdida por algo que se esperaba,

que no ha llegado y que tenía un peso relevante en los sueños, las aspiraciones y los planes de vida de las parejas.

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por igual a él y a ella? ¿Se les trata de manera diferente?

La madre ha sido asociada culturalmente a lo largo de los años con la responsabilidad de formar una familia, y, aunque hoy en día se conoce el peso del factor masculino, en la infertilidad

todavía queda camino que recorrer en este sentido.

¿De qué forma se les ayuda emocionalmente a prepararse para una nueva etapa de pruebas?

La psicoterapia es la fórmula. Se trate de que él, ella o ambos encuentren un lugar seguro donde expresar sus emociones, a la vez que se les ofrecen las herramientas adecuadas para

manejarlas, que les ayudan a validar la experiencia que están atravesando para poder superarlo después.

Muchas parejas van a centros de fertilidad sin decírselo a nadie. ¿Es conveniente que comuniquen su decisión a su círculo más próximo para no pasar por esta etapa de manera silenciosa y así

poder recibir más apoyo?

La decisión debería basarse en criterios de bienestar para la nueva familia; es decir, en su tranquilidad para afrontar el proceso. En este sentido, la recomendación, aunque es una decisión

personal, es que reflexionen sobre el efecto que puede tener contarlo antes de tener un positivo en dicho tratamiento. Puede ser que la persona cercana sirva de ayuda, pero puede ser que lo

comuniquemos a un familiar, por ejemplo, los futuros abuelos y a las expectativas propias se sume la responsabilidad de tener que cumplir con las ajenas.

¿De qué manera puede afectarles en su rutina laboral?

Todos los asuntos personales pueden afectar en otros ámbitos si son de calado. Dependerá de la importancia que den a tener descendencia, si para los padres es una de las claves en cuanto a

su proceso vital, el impacto será mayor.

¿En qué consiste exactamente el duelo genético en un proceso de fertilidad?

Surge cuando una pareja tiene que recurrir a donantes de material reproductivo, ya sea de óvulos o de semen, y se produce una reacción emocional que consiste en la dificultad de aceptar que

para ser padre o madre se precise de ayuda externa. Se acompaña de la duda sobre si nos va a faltar algo en la experiencia de la maternidad o la paternidad. Es un duelo porque es un proceso

de asumir una realidad, similar al de otras situaciones en nuestra vida, por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido.

¿Qué dudas genera en la pareja de cara a su futuro hijo?

Las dudas tienen que ver, sobre todo, con la herencia familiar. Pueden cuestionarse si la suya va a ser una maternidad o una paternidad como la del resto, si el hijo o la hija va a parecerse

a ellos, si los van a querer igual, si la relación y el vínculo emocional van a ser distintos. También surgen dudas a la hora de decidir si en el futuro deben contarles cómo han sido

traídos al mundo. También de cuándo, en caso de que así lo decidan, deben hacerlo.

¿Cuáles son las principales emociones al respecto en él y en ella como futuros padres?

Puede producir desde negación, a ira y enfado hasta llegar a la fase de posible aceptación. El proceso suele ser peor en el caso de los papás, ya que sienten que no participan de ninguna

manera en el proceso, mientras que la madre gesta el bebé y lo trae al mundo.

¿Suelen ser temas de conversación en la pareja, o lo callan por no generar inquietud?

Depende de cada persona y de cada pareja. Es una cuestión que depende de cómo se procesen este tipo de situaciones. Lo que hacemos en Eva, además de informarles es poner a su disposición a

nuestros profesionales de apoyo psicológico, ya que es importante que expresen cómo se sienten, sus inquietudes y sus miedos.

¿Cuáles son los argumentos de los especialistas para calmarles?

Lo principal es que los futuros papás conozcan que la selección de donante se hace intentando conseguir la mayor similitud fenotípica y compatibles inmunológicamente con la paciente. Para

ello, se recogen las características físicas del paciente de forma detallada y se hace una selección para conseguir al donante o la donante más adecuados.

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brazos entendí el sentido de mi vida» Por otro lado, se les habla de que no todo es herencia genética o, al menos, no todo depende de ella. La epigenética (definida como las modificaciones

externas que influyen en los genes —hábitos de vida, exposición a agentes externos como el clima o los productos químicos, educación y otros— sin cambiar la secuencia del ADN), tiene un

papel fundamental en la madre gestante, ya que controla toda la formación y la lectura del genoma del nuevo bebé. De ahí que éste se parezca tanto a la madre gestante.

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