Las limitaciones convierten la línea león-monforte en una vía a 30

Las limitaciones convierten la línea león-monforte en una vía a 30


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Las limitaciones temporales agravan el lastre de la conexión ferroviaria entre León y Galicia, heredera de aquel bastión único que sirvió para cohesionar el noroeste, hoy en estado de


semiabandono, según revela su apariencia. La cara del ferrocarril y la cruz de la señal, que deben atender los convoyes, los últimos que resisten y no se han caído de la relación de


circulaciones, parea no empeorar más las cosas.  Las de la seguridad, que tienen causa en obras, desprendimientos, distancias de frenado, estado de trinchera, así, de corrido, según relato


del cuade4rno de incidencias que recoge el momento delicado por el que pasa la conexión.  León-Monforte, vía a 30, en un paralelismo con las directivas europeas que amparan las zonas de


bajas emisiones y regulación de tráfico en las urbes. La vía a treinta tiene momentos efusivos en Vega de Magaz, que excusa el efecto de una obra en una fábrica; entre Torre del Bierzo y


Albares, otro treinta redondea la precaución por el estado del túnel número 18; el treinta de Covas lo impone el respeto a los desprendimientos; en Toral, el estado de la trinchera de la


vía; entre Quereño y Covas el estado general de la vía, decrépito, en un grado más elevado que en la media del resto del recorrido; la situación de trinchera explica la limitación en


Quiroga, que es a 85 por horas en A Pobra y Freixiero. Más holgado resulta el recorte entre Totral y Dehesas y Dehesas y Ponferrada, que termina por glosar la decena de limitaciones gruesas


que condicionan la competitividad de una conexión que pierde fuelle a medida que pasa el tiempo y no llega la solución en forma de presupuesto. Se advierte un paralelismo con el ocaso de la


León-Asturias por Pajares.