
Incívico...el que no bote
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Hace pocos días, me encontré con una sorpresa asquerosa. Al agacharme para desatar los cordones me llegó un hedor desde el playero derecho que no me dejó dudas. Había caído en la «trampa». Y
todo apuntaba a que no hacía mucho, por el volumen de material orgánico que me había llevado a casa, para recorrer el pasillo... Recordé de inmediato a esos propietarios de canes que
aprovechan sus paseos para hacer ejercicios de cuello. A derecha e izquierda. Atrás, adelante... un par de veces... justito tras dejar el «recao» su mascota. No pienso entrar en la trampa
estadística de si son mayoría o minoría. Sin necesidad de un CSI, las zonas verdes próximas a mi casa dan una pista... El famoso ¡todos!, que tanto gusta a algunos, lo había escuchado ese
mismo día, a cuenta de la norma del Ayuntamiento de León para «encarrilar» las despedidas de soltero, y con el Procurador del Común diciendo que a esos mismos munícipes «les resbala» la
norma sobre patinetes y bicicletas en aceras y zonas peatonales. A cada uno le molesta lo del otro, quizá eso sea lo único incuestionable. Con el cuello enderezado y un buen volumen de voz
toca dejar claro de qué lado está cada cual en el examen inquisitorial que separa a «los míos» de los indeseables. Qué decir del corporativismo de los que por tener mascota salvan cada tarde
el Planeta... Hay mucho energúmeno con patinete, demasiado peligro por bicicletas incontroladas, sobran «cerd@s» incapacitados para cuidar un perro, engordadores de palomas, marranos que
creen humillante usar una papelera y más si se trata de un botellón... pero también mucho corredor y caminante que complica el uso de los carriles-bici, especialmente con perros sueltos, que
presuntamente juegan, pero dan buenos sustos e incluso a veces tiran a ciclistas, sobre todo si son niños. Qué decir de esas correas kilométricas que cortan esos mismos espacios reservados
para bicis sin que se vean hasta que faltan pocos metros... Son incidentes del día en las calles, en las que por cierto sobran claxonados constantes. ¿Alguno piensa lo molesto que resulta
para los peatones y el resto de conductores esa plaga creciente de impacientes ante cualquier chorrada? Lo de las despedidas de soltero es lamentable. Pero tienen una cosa buena. Sólo duran
un ratín a la semana...