¿dónde están los ecologistas?

¿dónde están los ecologistas?


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Parece ser que a los ecologistas, al menos a los ecologistas españoles, los liderados por la exministra, Teresa Ribera, lo único que les preocupa, es la defensa del lobo. Yo invito, no sólo


a esos ecologistas, a cualquier persona, a salir a la calle de cualquier ciudad, y mirar al cielo, en cualquier dirección y comprobará, que no verá un solo vencejo, golondrina o avión,


sobrevolando por el barrio. Estos tres pájaros, han desaparecido prácticamente de las ciudades y apenas llegan algunos a los pueblos. Las golondrinas construyen sus nidos en el interior de


cualquier construcción a la que puedan entrar, como cuadras, almacenes, cocheras, bodegas, (entran por los ventanos), yo tuve la oportunidad de ver uno en una iglesia, curiosamente, pegado a


una cruz de las del Viacrucis y supongo que allí seguirá estando. Incluso los hacen en los portales o zaguanes, de las viviendas; en el pueblo en el que yo me crié, hay uno famoso que está


en el zaguán, de la vivienda de José Miguel (Chesmi), un verdadero ecologista, (no de los que viven de subvenciones), que desde marzo hasta que las golondrinas emigran, la casa permanece con


la puerta abierta, para no molestar a las golondrinas y es visitado por prácticamente todas las personas, que por cualquier razón, llegan al pueblo; las golondrinas están tan familiarizadas


con los cuatro miembros de la familia, que sólo las falta posarse en sus cabezas. Las golondrinas y los aviones, construyen sus nidos, con barro, que amasan con su propia saliva, la cual es


un pegamento natural y hace que el nido, construido con esta especie de mortero natural, quede bien adherido a las paredes de tapial, ladrillo, mortero, etc., y a las vigas de madera, con


resistencia más que suficiente para soportar el peso de la pareja y los cinco pajaritos hasta que éstos, salen a volar. Estos nidos permanecen, durante años, y son utilizados, por las mismas


parejas, varias veces el mismo año y en años posteriores. Recuerdo que cuando era un niño, había nidos de avión en todas las fachadas de las casas y no se destruían; a los niños se les


decía que era pecado matar a las golondrinas y a los aviones y destruir los nidos. Lo que realmente importa, es que son aves insectívoras, que se alimentan de muchas clases de insectos y


algunos son perjudiciales, por ser propagadores de enfermedades, tanto para los cultivos como para los animales y las personas. También recuerdo que a finales de septiembre o primeros de


octubre, se reunían cientos de golondrinas en los cables de la luz y al día siguiente al amanecer desaparecían todas, Los vencejos no hacen nidos como las golondrinas y los aviones, utilizan


los huecos de las tejas y en ellos acumulan el material que pueden recoger al vuelo, pues tienen las patas tan cortas que no se pueden posar en el suelo, ya que no pueden despegar y tienen


que dejarse caer desde el alero de un tejado u otro punto suficientemente elevado como para poder iniciar el vuelo; de hecho, los vencejos se pasan la vida en el aire, sólo se posan para


incubar y criar sus polluelos. Actualmente, en las ciudades y en muchos edificios de los pueblos, se tapan los huecos de las tejas, y además se colocan canalones, lo que hace imposible a los


vencejos encontrar un sitio en el que hacer sus nidos. Para que los vencejos vuelvan a las ciudades y nos sorprendan con su algarabía de chillidos, es preciso colocar cajas nido para


vencejos en las fachadas y paredes de edificios, pues tanto vencejos, como golondrinas, al menos en las ciudades, no es que estén en peligro de extinción, ya se han extinguido. Las


golondrinas y los aviones, sacan dos o tres nidadas, cada temporada de reproducción, que comienza en marzo y termina en septiembre, pero los vencejos, sólo una, ya que llegan a primeros de


mayo y se van a finales de julio, por lo tanto, será más difícil de recuperar esta especie, si llega al borde de la extinción. No sólo los ecologistas, los ciudadanos en general, debemos


presionar a las administraciones, para que no se permita una nueva construcción sin dejar huecos adecuados, para que los vencejos, puedan anidar. Los arquitectos, tanto en proyectos de


edificios que son verdaderas obras de arte, deberían dejar huecos, que debidamente camuflados, además de adornar la construcción, los puedan usar los vencejos para anidar; en el caso de


edificios dedicados a viviendas, debieran, bien dejar algunos huecos, o simplemente dejar colgadas, cajas nido para vencejos. Menos lobos y más vencejos, golondrinas y aviones.