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Sevilla acoge desde hoy las Jornadas Nacionales de Alimentación 2010 que congregarán a más de 300 farmacéuticos de toda España en un encuentro organizado por el Consejo General de Colegios

Oficiales de Farmacéuticos, a través de la Vocalía Nacional de Alimentación, en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla. Para muchos boticarios, el asesoramiento

sobre la alimentación es una labor importante. "Para nosotros es una oportunidad de confirmar que hay servicios clave que se pueden ofrecer en una oficina de farmacia. Hay personas con

sobrepeso que pueden obtener un asesoramiento personalizado y beneficiarse de un seguimiento farmacéutico nutricional. El boticario puede, por ejemplo, ofrecer valoraciones sobre medicación

y alimentación, y conoce los antecedentes y el entorno", explica Juan Romero Candau, vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla. Para promover esta linea de trabajo,

los colegios profesionales, desarrollan desde hace años varias iniciativas: campañas para la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria, para la promoción de hábitos

alimentarios saludables entre embarazadas o entre niños en edad escolar, o de soporte a la dieta mediterraea. La reunión que comienza este jueves servirá para ofrecer datos de evaluación de

muchas de estas actividades y resultados de investigación. La cercania del boticario, le refuerza como profesional sanitario idoneo para calibrar la evolución de conductas de riesgo en la

aparición de trastornos de la alimentación entre escolares. Según un estudio coordinado por vocalía de Alimentación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla, existe una clara una

tendencia al alza en varones y a la disminución en mujeres; aunque el grado de insatisfacción corporal sigue siendo mucho mayor entre ellas. A pesar de ello, los programas de prevención de

trastornos de la conducta alimentaria tradicionales, basados en informar sobre factores de riesgo, han mostrado poco éxito y no se ha demostrado la existencia de efectos claros en el cambio

de actitudes y conductas. Según Ignacio Jáuregui, del area de Nutrición y Bromatología de la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, "debe implicarse a padres, profesores y

adolescentes, en un intento de modificar tanto el medio escolar como el familiar. Hasta la fecha, escasos programas preventivos se han centrado en actitudes y conductas alimentarias,

incluyendo a padres, madres, hijos e hijas". De hecho, la perspectiva de una prevención primaria no basada en alertar sobre los riesgos sino en la intervención desde la escuela en un

marco psicológico positivo ha demostrado dar resultados. Algunas de estas actividades han logrado reducir la tendencia a adelgazar, la insatisfacción corporal o la influencia de modelos

ideales interpersonales o de anuncios publicitarios.