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Guardo ha sido testigo esta semana de una de esas operaciones que cortan la respiración y quitan el hipo: el montaje con la ayuda de un helicóptero de una torre de muy alta tensión que

conecta este rincón de la provincia con la localidad leonesa de Navatejera. Uno de los ejes «más importantes» de la distribución eléctrica de Castilla y León, garantizando más aún si cabe la

calidad del servicio tanto en León como del municipio guardense. No en vano, alimenta a cerca de 2.000 clientes con una potencia total de 22 megavoltamperios (MVA) aproximadamente. El

montaje comienza a varios metros del emplazamiento de la torre, en una campa donde se almacena todo el material por tramos, pues el peso total de 6.500 kilos impiden movilizar la pieza de

una sola vez. Allí se engancha al helicóptero y se transporta hasta su emplazamiento definitivo, donde es ensamblado gracias a la ayuda de una cuadrilla de operarios subidos a unos 25 metros

de altura, lo que equivale a un edificio de ocho plantas. Una oficina en las alturas con unas impresionantes vistas de la Montaña Palentina, con picos emblemáticos como el Espigüete y el

Curavacas a tiro de piedra. «Esta operación es muy especial porque no es habitual emplear este tipo de medios», resume Roberto Cela, responsable UPBLíneas Norte Oeste de Proyectos i-DE. Y es

que, en condiciones normales, se hubieran provisto de una grúa de gran tonelaje, pero la ubicación de los apoyos y la orografía del terreno, con unos desniveles muy pronunciados, han

supuesto un «reto» para la multinacional, que ha apostado por otras alternativas más ingeniosas y llamativas para el gran público, pues muchos vecinos se asombraron de la magnitud de los

trabajos efectuados. Una oficina en las alturas «La alternativa por la que hemos apostado resulta mucho mejor en términos de costes, plazos, seguridad y, sobre todo, de afección al medio

ambiente», concluye sobre el terreno y en tanto en cuanto los operarios proceden al izado del apoyo. Los trabajos se han llevado a cabo en medio del monte, en medio de un impresionante

paisaje y a más de 50 metros del suelo. Una oficina de altos vuelos para los operarios de i-DE, la distribuidora de Iberdrola, que ha invertido tres millones y medio de euros en la

modificación de esta línea.  El objeto del proyecto no es otro que el de actualizar y modernizar una línea eléctrica con varias décadas de antigüedad (más de 50 años), cuyos componentes

permiten hoy la explotación con unos estándares de calidad adecuados, pero dada su importancia dentro de la red de la región, se hace necesario ampliar su vida útil, asegurando el

mantenimiento de la calidad y la continuidad de suministro registradas hasta la fecha. Una oficina en las alturas Las obras arrancaron el pasado mes de agosto de 2024 y se prevé su

finalización en julio de 2025 tras un breve paréntesis durante la Dana al derivarse los recursos existentes a las reparaciones de Valencia. También se paralizó durante la época invernal,

pues la nieve y las heladas imposibilitaban el acceso a la zona de actuación.  El alcance del proyecto de i-DE tiene dos partes diferenciadas. Por un lado, el tramo de simple circuito, en el

que se reemplazan los antiguos apoyos de hormigón por apoyos de celosía normalizados, además de reforzar los apoyos de celosía que no se pueden reemplazar por condicionantes urbanísticos,

para adaptarlos a las condiciones mecánicas de los nuevos conductores normalizados. Por otro lado, en el tramo de doble circuito se instalan dos nuevos apoyos bajo el trazado actual, y se

reforman los existentes ya sea mediante refuerzos estructurales, instalación de recrecidos o ambos. En el total de la línea se lleva a cabo, además, la sustitución completa de conductores,

cables de tierra, aislamiento y herrajes.