
Ariel rot: un concierto histórico | ideal
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Comentaba en sus redes el porteño que el primer concierto que dio en su vida fuera de Madrid sucedió en el festival de Antequera, sería ... en 1977, allí tocaron Tequila, Burning y un grupo
granadino, ¡que además puso el equipo de sonido para todos! Se llamaba La Banda de los Hermanos Cruz. Ha querido la casualidad y el destino que Rot tocara en Granada minutos después de que
el batería de aquel grupo, Eduardo Cruz, presentara un libro con sus recuerdos musicales novelados. Si el mundo dicen que es pequeño, el tiempo lo parece también. De aquel periodo se ha
oficializado que la banda sonora la pusieron los cantautores, que sí estuvieron allí, claro, pero mucha más importancia tuvieron para los más jóvenes los grupos de rock del momento, léase
Triana, Burning, Leño o…Tequila, que en el caso de los hispanoargentinos refrescaron el ambiente con sus rocanrolitos, y además tuvieron un estruendoso éxito comercial. Su legado se notó
posteriormente en grupos como Pereza, Los Zigarros y hasta en nuestros La Guardia. Se cuenta, incluso que su disquera quiso convertir a los 091 en 'los nuevos Tequila'; por fortuna
no lo lograron. Medio siglo en los escenarios da para gastar varias vidas. Que se lo digan a don Miguel Ríos que lleva aún más. Para subir y bajar en la montaña rusa de la fortuna:
¿recuerda alguien el concierto de Los Rodríguez en el cine Astoria? No muchos porque apenas hubo 50 personas. Al rato remontaron hasta llenar estadios, para regresar nuestro guitarrista a la
discreción de convocatoria y hasta tocar solo en el Boogaclub '¡It's Only Rock 'n' Roll!' Y para hacerlo solo nadie mejor que su paisano Moris, Mauricio Birabent,
que hasta se pegaba su propia cartelería; el músico que mejor le ha cantado a Madrid y que sin duda enseñó a aquellos chavalines de los setenta cómo armar una canción cargada de sentimiento,
a hacer verdaderos cortometrajes contando un historia de principio a fin con precisión en el verbo y emoción tanguera (y dylaniana) en la formas de relatar personajes. Algo que Ariel Rot ha
seguido haciendo desde aquel 'Debajo del puente'. Cuando se afirma que el rock&roll en español nació en Argentina (con perdón de mexicanos y cubanos) se está cerca de lo
rigurosamente cierto. Decía Ariel en estas páginas que traía «una superbanda y un repertorio cabrón», y no era un clickbait, era toda la verdad. Ahí estaban Ricardo Marín, conocido por
'El guitarrista de las estrellas'; el teclista Tito Davila (otro que tal); Jacob Reguilón y Toni Jurado en la rítmica (ambos de Quique González y muchos más). Y lo de repertorio
'cabrón' es poco; tiene tal cantidad de canciones que forman parte del repertorio sentimental del oyente que podría tocar una semana sin repetirse. Y Lego está él, eternamente
parado en la treintena (lo suyo es un pacto diabólico, ya que en cinco telediarios está en la séptima edad y parecía el más joven del lugar), fresco y sonoramente dicharachero, suelto, y
tocando con una elegancia formal superlativa. Y eso que se vistió de prestado, como dijo, ya que se dejó la maleta en el hotel y se tapó con la ropa del guitarrista. Ariel es la sensatez y
el buen gusto abrazando un mástil, no regala una nota de más, pero tampoco racanea ninguna: es de la escuela Berry original, feeling puro. Comenzaron sonando vistosamente correctos, pero
tema a tema la cosa fue cogiendo rajo y mordiente, hasta sacar chispas de su muy vetusta Telecaster, que parecía de la colección añeja de Rory Gallagher. Ante el escenario un auditorio de
Cajagranada lleno y disfrutón. Trigeneracional: los hubo que 'saltaron' con Tequila en su momento, los que milonguearon con Rodríguez, y los hijos (¡y nietos!) de ambos. Y para
todos hubo ración en ese cancionero tan 'cabrón'. En muchos casos coplas perdidas como 'Bruma en la Castellana' (coautoría con el citado Moris, terminando en cita directa
con su 'Sábado a la noche'); un saludable medeley Tequila que arrancó en modo blues para finalizar a todo 'roll'('Rock and Roll en…', 'Necesito un
trago', 'El ahorcado' y 'Míster Jones'). Historias de sentido amor tabernario 'Dos de corazones' y la 'Milonga del capitán', o impresionantes
piezas que, con el semejante desarrollo guitarrero aplicado, a 'Geishas en Madrid' por ejemplo, pasaron de corto a largometrajes… Un concierto histórico, en el sentido más ajustado
del término. Por la noche, Ariel Rot le remitía un mensaje de whathsap a un amigo diciéndole «gracias por todo. ¡Qué público más brutal tenéis aquí! ¡Sois la bomba!». Amén.