
Manuel carrasco le saca a granada su lado más salvaje | ideal
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Las luces se apagaron y el público enloqueció; sabían lo que les esperaba. «Granada, ¿Nos ponemos salvajes?», indicaba la pantalla central. Sonaron los primeros acordes, ... quizá los
mejores de cualquier concierto, porque queda todo por delante. Se hizo la luz y apareció él, el onubense más internacional, el flamenco de ojos verdes, el cantautor que se ha quitado a golpe
de méritos el cartel de 'triunfito'. Haciendo gala al nombre de su gira, 'Tour Salvaje', irrumpió como un guepardo en un escenario que se convirtió en una jungla
musical. Manuel Carrasco nunca defrauda. Ayer le cantó al oído a su Granada durante dos horas y veinte y la enamoró más, si cabe. Un elemento extra marcó los minutos previos al evento. La
tormenta descargó con fuerza su furia –granizo incluido– y ralentizó la entrada al recinto y el inicio del concierto, que arrancó poco después de las 22.00 horas. Muchos tuvieron que
esconderse en los rincones techados de la plaza o adquirir en tiendas cercanas paraguas, chubasqueros y hasta bolsas de basura para taparse, pero nada podía robarle la ilusión a los miles de
granadinos que soñaban con el 23 de mayo. El escenario simulaba una selva y él apareció entre el humo, vestido con una rebeca de flecos y acompañado por esa guitarra que más bien es una
extensión de sí mismo. «La lluvia no quería perderse el concierto», bromeó Carrasco la primera vez que se dirigió al público. HACE CASI DOS AÑOS Con las entradas agotadas prácticamente desde
el primer momento, el cantante deslumbró durante la primera noche de concierto en la Plaza de Toros, donde hoy repetirá la hazaña. Habían pasado casi dos años desde que eligió este mismo
lugar, la Plaza de Toros, para presentar su tour 'Corazón y flecha'. Además, esta era la segunda ciudad que acogía su espectáculo, del que solo habían disfrutado los sevillanos
hace una semana. «Me dijeron que sería difícil superar los conciertos de Sevilla del inicio de gira, pero sabía que Granada no iba a ser menos. Ya siento su hechizo, está más salvaje que
nunca», indicó con gracia. Podría parecer osado iniciar una gira justo después de publicar un disco, pero él puede atreverse con todo. Apenas dos semanas después del lanzamiento de su último
álbum, 'Pueblo salvaje II', el público ya se había aprendido las canciones y había acogido como auténticos himnos. El espectáculo arrancó con 'El grito del niño', para
seguir con 'Pueblo salvaje' y 'Vivir el momento' (de su disco anterior). Tampoco faltó 'Tengo el poder', 'Corazón y flecha', 'Siendo uno
mismo' o 'Salistre'. PUEDE PARECER OSADO INICIAR UNA GIRA JUSTO DESPUÉS DE PUBLICAR UN DISCO PERO ÉL PUEDE ATREVERSE CON TODO Con su susurro característico, su sonrisa sincera
y unos ojos verdes que brillaban más que los focos, Carrasco entremezcó lo más reciente de su carrera profesional con esos clásicos que se han convertido en la banda sonora de tanta gente.
¿Cómo dejar a un lado 'Qué bonito es querer', donde durante cuatro minutos y medio, parejas, amigos y familiares se dan las gracias por estar siempre ahí? Lo mismo ocurrió con
'No dejes de soñar', que le sacó las lagrimillas a más de uno; y, como no, con 'Mujer de mil batallas', que emocionó a todo aquel que haya vivido de cerca la desgracia
del cáncer. La velada seguía y la Plaza de Toros parecía una guerra de gritos «más de uno estará hoy afónico». Más que seguidores, lo que Manuel Carrasco tiene es un ejército. Y si este
álbum sigue una estética salvaje, ellos se suman a la moda. Decenas de rostros llevaban plasmado el símbolo que aparece en el nuevo disco del cantante. No hay mayor fidelidad que la de los
'carrasqueros', que agotan las entradas de cada encuentro que se acerca. Teniendo en cuenta que estará girando todo el año por más de 25 ciudades de España, cuesta imaginar dónde
está el límite para el cantante. En Granada, por lo pronto, puede volver siempre que quiera, porque lo recibirán con los brazos y el corazón abiertos.