La alhambra acelera la instalación de sesenta cámaras inteligentes tras las últimas pintadas | ideal

La alhambra acelera la instalación de sesenta cámaras inteligentes tras las últimas pintadas | ideal


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Las fotos empezaron a correr como la pólvora la mañana del viernes. Pintadas en la Alhambra, una de las principales joyas patrimoniales de España y ... el gran motor económico de Granada. La


felonía no quedó ahí. El mismo tipo, que actuó con nocturnidad, también dejó su sello en varios rincones del Albaicín, una especie de esqueleto con un parche en el ojo junto a la leyenda


'Welcome to Borracholandia'. Los técnicos del Patronato de la Alhambra y el Generalife actuaron rápido para eliminar los pintarrajos de lugares tan emblemáticos y tan cargados de


historia como la mismísima Torre de los Siete Suelos, la que fuera durante mucho tiempo la principal entrada a la Alhambra. Y el Ayuntamiento, por su parte, también se ha empleado a fondo


para borrar el rastro de este impresentable en el Albaicín –pintó el monigote en las placetas de San Gregorio y de Cruz Verde–. Mientras se avanza en la investigación para localizar al


fulano, al parecer un colectivo de origen alemán que actúa de forma anónima, la Alhambra ha adoptado ya importantes decisiones a corto, medio y largo plazo, según indicó ayer el director del


Patronato, Rodrigo Ruiz-Jiménez, quien abordó este asunto –y otros– en una reunión con la Agencia Albaicín. La principal determinación de la Alhambra es que anticipará la instalación de


sesenta óculos inteligentes para controlar los 2.250 metros lineales de perímetro de la ciudad palatina. «Teníamos previsto comenzar su colocación a partir de septiembre, pero vamos a


anticiparlo todo», ha explicado Ruiz-Jiménez, quien ha reconocido que dentro de la Alhambra sí existe un sistema de videovigilancia muy sofisticado, reforzado por los guardias jurados y el


personal adscrito al Patronato, «pero no así en el exterior, donde hay pocas cámaras y además son antiguas». «Estamos revisando las imágenes para ver si podemos obtener alguna pista sobre la


identidad de los vándalos», ha dicho. La Alhambra está trabajando en colaboración con la Policía Local, y también ha puesto los hechos en conocimiento de la Policía Nacional, a fin de


alertar sobre la posibilidad de que estos bárbaros puedan actuar en otras ciudades. NEWSLETTER De forma paralela, Ruiz-Jiménez ha afirmado que la empresa encargada de la seguridad de la


Alhambra, Securitas, va a realizar una auditoría para valorar si sesenta dispositivos son suficientes o hacen falta más. «Pondremos las que hagan falta», ha asegurado el responsable del


Patronato. Y es que no hablamos tan solo de los 2.250 metros de murallas exteriores y baluartes, sino de otras quinientas hectáreas en edificios repartidos por todo el casco histórico de


Granada. Por lo pronto, en el caso del recinto de la Alhambra, se doblará el número de rondas de control por parte de los efectivos de Securitas en todos los puntos sensibles. Pero ¿qué es


una cámara inteligente? Básicamente funcionan a partir de un tipo de tecnología que advierte de un comportamiento que no parece habitual. Si un hombre se detiene para atarse un zapato, se


considera una conducta normal. Pero si el susodicho pasa mucho tiempo mirando a un punto concreto, entonces ya sí 'saltará' en los monitores un mensaje para que se preste una


atención especial. En la inmensa mayoría de los casos, no habrá mayor motivo de alarma, pero también habrá un porcentaje que sí requerirá personaciones 'in situ' para descartar


acciones incorrectas e incluso para persuadir. En cualquier caso, Ruiz-Jiménez apunta a la dificultad de detectar pequeñas inscripciones por parte de visitantes que, en un desprecio absoluto


hacia los valores artísticos e históricos de la Alhambra, aparecen de vez en cuando en alguna pared o en algún elemento relevante. Son excepcionales, pero hay quien tiene la tentación de


hacerlo en un alarde de incultura. La cosa suele acabar mal. LES SALIÓ CARO Una turista suiza fue detenida en 2012 tras intentar rayar uno de los muros del Cuarto Dorado con un corazón


precedido de una inicial. Tras pasar una noche en el calabozo, la susodicha quedó en libertad con cargos por causar daños contra el patrimonio. Unos meses antes, un militar jordano también


fue sorprendido grabando su nombre en el Palacio de Carlos V. Tuvo que pagar una multa de ciento veinte euros y posteriormente, tras el desarrollo de un juicio de faltas, una indemnización


adicional de otros doscientos euros. «ESTAMOS REVISANDO LAS IMÁGENES PARA VER SI PODEMOS OBTENER ALGUNA PISTA SOBRE LA IDENTIDAD DE LOS VÁNDALOS» Rodrigo Ruiz-Jiménez Director del Patronato


de la Alhambra Esto de inmortalizar el paso por la Alhambra no es un ocurrencia reciente. Se viene haciendo desde hace siglos. El mismísimo Alonso Cano, uno de los grandes artistas del


Barroco, granadino y amigo de Velázquez, dejó su firma en el Mirador de Lindaraja. 'Alonso Cano, año de 1658'. También hizo lo mismo el viajero, dibujante e hispanista inglés


Richard Ford y su esposa Harriet, en el Salón de los Embajadores. Para evitar todo ello, fue el mismísimo Washington Irving, uno de los moradores más insignes de la Alhambra, y su amigo el


príncipe Dolgorouki quienes regalaron un libro para que todos los personajes notables dejaran ahí su signatura y no en lugares inapropiados. Este volumen es una verdadera maravilla. Ahí han


estampado su rúbrica desde Sisi Emperatriz al equipo de rugby de Nueva Zelanda, los famosos All Blacks, pasando por estrellas de Hollywood o los cantantes más reconocibles. En esta dirección


irá otra de las medidas de la Alhambra. Habilitará algún tipo de pantalla táctil donde los viajeros puedan expresar qué han sentido al recorrer la Alhambra y que puedan dejar constancia de


que estuvieron allí. «Es bueno que todo el mundo se exprese, pero que lo haga en los sitios adecuados», ha comentado Ruiz Jiménez. La última iniciativa estará orientada hacia la


sensibilización, empezando por los escolares. La Alhambra lanzará una campaña para educar sobre la necesidad de respetar el patrimonio. «No se trata tan solo de concienciar de forma


individual, sino de apelar a la responsabilidad colectiva para que se censure cualquier práctica que pueda resultar lesiva», dice Ruiz-Jiménez.