
«se nos apagó el móvil hace ya horas y nos hemos echado a los balcones» | ideal
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Martes, 29 de abril 2025, 01:30 | Actualizado 07:12h. Comenta Compartir Natalia ilumina la cara de sus compañeros de piso con una linterna. Está asomada a la ventana de su primer piso. Toma
el fresco, mira el cielo y habla con el resto. «Se nos apagó el móvil hace ya horas y nos hemos echado a los balcones», dice. El reloj marca las 23.30, pero ellos hace ya rato que solo se
comunican desde ese punto. A su lado, Nerea alumbra el ambiente con una vela. Matan el tiempo como pueden entre la oscuridad de la noche y preguntan a quienes andan por la acera cómo lo
llevan. «Era amargarnos o reirnos», comentan. Pero mantienen la precaución y prefieren estar en casa. «Tened cuidado, chicas», alertan a unas jóvenes que pasean por su calle. Van cogidas del
brazo y no se separan, pero han preferido salir a airearse. En su misma calle, en Plaza de Toros, dos chicos descansan en un balcón. Están tapados con una manta y miran las estrellas. La
inmensidad de la noche es extensa. Apenas se vislumbra a ninguna persona a apenas unos metros de distancia. La gente camina con una linterna en la mano o sin ella. A casi nadie le queda ya
batería en el móvil para alumbrar. Raúl e Ismael echaron a andar antes de que cayese el sol. Caminan por los alrededores del Hospital Virgen de las Nieves mientras buscan un atisbo de vida.
«Llevamos horas de paseo en busca de alguna cara conocida entre los balcones o los portales», declaran. En su camino, se encuentran a Danae. Aprovechan un rato de charla y se cuentan los
unos a los otros cómo han pasado la tarde. También cómo encaran la noche. «Nos ha dado tiempo a hacer de todo. Ahora ya empieza a ser un poco desesperante», añaden. Les frustra la situación
y les preocupa. Preguntan si hay noticias o qué ha podido pasar, pero el desconocimiento invade cualquier respuesta. Los jardines de Triunfo están repletos de jóvenes que han acudido después
de comer algo de cenar para continuar la charla que iniciaron durante la tarde. No creían que la situación se extendiese tanto tiempo. «Hemos quedado a una hora en un lugar hasta que la
gente ha aparecido, como se hacía antes», relatan. Son estudiantes de Psicología, nunca habían organizado una quedada sin un móvil de por medio. Han conseguido entretenerse pese al apagón y
la oscuridad de la noche. «Además, así las estrellas y la luna se ven mejor», comentan. Es la forma con la que más de uno se consuela. Comenta Reporta un error