
«lo raro es que no muriera aquella madrugada en el incendio de mi casa» | ideal
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José Miguel está vivo de milagro. Lo más probable, ante el cúmulo de circunstancias que se sucedieron, era que pereciera durante la madrugada del pasado ... domingo en su vivienda de Atarfe.
Un incendio devoró la planta baja y él, que dormía plácidamente, no se percató. La inhalación de humo lo hubiera matado si hubieran pasado unos pocos minutos más. Sin embargo, la suerte
estaba de su lado. Un vecino dio la voz de alarma, otro avisó a la Guardia Civil, que estaba cerca, y la Policía Local se movilizó con rapidez. Jugándose la vida, lo rescataron entre todos.
«No me enteré del incendio y estuve a punto de morir esa madrugada», recuerda ahora el afectado. José Miguel regenta Confecciones Contreras, un negocio por el que estos días pasan decenas de
vecinos. No solo demandan sus servicios, también se preocupan por él; todo su entorno se ha enterado del suceso que casi se lo lleva por delante. Pero remontémonos al principio de la
historia, la madrugada del pasado domingo, 27 de abril. Después de una noche de cervezas con la familia, llegó a casa y se durmió plácidamente. El fuego se inició en la cocina, según
sospecha, por algún despiste con el gas, y se extendió rápidamente. Él dormía en la planta de arriba y, mientras descansaba, el humo invadía la estancia. Lo siguiente que recuerda es ver a
los efectivos de emergencias. No entendía nada. Sus salvadores fueron varios. El primero, el vecino de un bloque cercano que detectó el humo y dio el aviso. Llamó a Benito, que trabaja en el
bar justo de abajo. «Teníamos a la Guardia Civil tomando café, acababan de desayunar. Por eso me llamó a mí: íbamos a tardar menos así en avisarlos», explica. Benito alertó a los agentes y
se pusieron en marcha hasta encontrar de dónde salía el humo. «Yo había visto al inquilino entrar, así que sabía que había alguien dentro. Eso hizo que todo fuera más urgente aún», detalla.
Además de la Benemérita, que trabajó sobre el terreno hasta poner a salvo a José Miguel, hubo otros salvadores. Toca hacer referencia a la Policía Local de Atarfe. Tenían un requerimiento y
acudieron con premura. Cuando supieron que había dentro una persona, echaron entre todos la puerta abajo. «Había muchísimo humo, pensamos que podría estar muerto», detalla el agente
Francisco. Durante unos minutos caóticos, realizaron varios intentos de entrar y sacarlo. Salían a coger aire y volvían a probar. No daban con él y cada vez se sentían más mareados. José
Manuel, otro de los agentes, fue quien finalmente localizó al inquilino. Lo sacó a rastras. «Me costó mucho encontrarlo, pero en ese momento no piensas en otra cosa más que en rescatarlo»,
asegura. ASISTENCIA CON OXÍGENO José Miguel ya estaba fuera y los servicios sanitarios del 061 avisados. Los Bomberos de Granada no tardaron en llegar y les hicieron una primera asistencia
con oxígeno a los heridos. En total, además del inquilino, resultaron afectados los dos policías locales y un guardia civil. Los tres tuvieron que ser atendidos en el hospital. «Ahora tengo
un mes de tratamiento por delante hasta eliminar todo lo que inhalé», cuenta José Manuel, que no dudaría en volver a actuar como lo hizo. «Tuvo suerte de que todos nosotros estuviéramos
cerca», apostilla. El dueño de la vivienda se recupera estos días de la intoxicación y del susto. Está pendiente de que el perito acuda a valorar los daños y, mientras, se ha mudado a casa
de su hermana. Sabe que le espera una larga temporada allí, puesto que la planta baja de la casa ha quedado calcinada. Aún así, nada le quita la felicidad de saber que la vida le ha dado una
segunda oportunidad. «Me ofrecieron ayuda psicológica, pero por ahora creo que estoy bien, aunque sigo en shock», concluye el atarfeño, que solo tiene palabras de agradecimiento para los
que le salvaron aquella madrugada.