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Acuerdan ocho años de prisión para B. J., el acusado de acabar con la vida de Juan Castro Trujillos durante las fiestas patronales de Íllora ... en agosto de 2022. En una sentencia de

conformidad, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada condena al joven, de 26 años, a la pena de ocho años de prisión por homicidio doloso y a un delito leve de lesiones. Con

esta decisión, se ha evitado que se celebrara las cinco sesiones del juicio previsto por la fórmula del jurado popular donde se «iban a rememorar unos hechos muy complicados para la

familia». Tras la lectura del acuerdo, el hombre ha pedido perdón a la familia, le sha dado el pésame y asegurado que «no hay día que no se acuerde» del fallecido. En la pena concurren las

atenuantes de consumo de alcohol y sustancias estupefacientes, así como de reparación del daño. B. J., tiene la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros a los padres y el hermano

durante 15 años. De igual forma, tiene prohibido acercarse a la localidad de Íllora en 15 años y debe indemnizar a cada uno de los padres con 120.000 euros y otros 75.000 para el hermano de

la víctima. Las acusaciones particulares que representan a los padres, ejercidas por Enrique Ceres y Rafael López Guarnido, solicitaban para el reo una pena de 15 años de cárcel por un

delito que califican de homicidio doloso, una petición alineada con la fiscalía. El Ministerio Fiscal reclamaba también que se reconociera el homicidio doloso frente al homicidio imprudente

que alegaba la defensa. Una tercera acusación particular, con el abogado Fernando Conde, representaba los intereses de la novia del fallecido por las lesiones que sufrió al tratar de impedir

la agresión. Los hechos se remontan a la madrugada del 15 de agosto de 2022. El acusado, en prisión preventiva por estos hechos, en un momento concreto protagonizó un incidente con uno de

los amigos de la víctima. En la trifulca, Juan, que tenía solo 19 años de edad, y su pareja abandonaron la caseta municipal y en una de las calles le sorprendió el acusado. «En estado de

gran agresividad» se dirigió a la víctima y le dijo: «O me dices donde está tu amigo o te mato», a la vez que le profirió fuertes puñetazos en la cara. DAÑO MORAL En ese momento, la novia de

Juan trató de impedir que siguiera golpeando a su pareja y recibió también un puñetazo en la cara. El homicida continuó con la agresión al joven, al que propinó repetidos golpes con el puño

cerrado en la cara y en la cabeza. Juan perdió el conocimiento y cayó desplomado al suelo. El joven sufrió un traumatismo en la región cervical que ocasionó una luxación con desplazamiento

en la segunda y la tercera vértebras cervicales, lo que afectó de forma directa a la médula espinal y le provocó una hemorragia epidural aguda, un shock medular y una insuficiencia

respiratoria. Es decir, las lesiones en la médula espinal le provocaron la muerte sobre las 7.18 horas, cuando el joven estaba en la ambulancia de camino a un centro hospitalario. Por su

parte, el abogado que representa a la novia del fallecido solicitaba por un delito leve de lesiones tres meses de multa, a razón diaria de 10 euros, y una indemnización de 210, una petición

que ha sido concedida. Con anterioridad a la fecha señalada para el inicio del juicio el acusado efectuó la consignación y puesta a disposición de los perjudicados de la cantidad de 10.000

euros, a fin de que se entreguen a los padres y hermano como parte de la indemnización que les corresponde por el daño moral que les ocasionó. La defensa del penado, ejercida por Francisco

García Ballesteros, calificaba por su parte los hechos de delito de homicidio imprudente o involuntario y demandaba solo la pena de dos años y cinco meses, así como la prohibición de

aproximación, a una distancia mínima de 100 metros, y comunicación respecto de los padres y hermano de la víctima durante cuatro años. CONSTERNACIÓN Y DIGNIDAD Decenas de personas y vecinos

de Íllora han acompañado a la familia de Juan en su dolor y en estos momentos tan duros. Los seres queridos del joven recibían entre sollozos la lectura del acuerdo y reaccionaban con

desagrado al arrepentimiento del reo. Con dignidad, el padre esperaba la lectura del acuerdo en la primera fila de la audiencia. Las partes han coincidido en señalar que con esta decisión se

busca también evitar un juicio en el que se iban a rememorar unos hechos muy complicados para la familia y también calmar los ánimos en esta localidad granadina donde este crimen

desencadenó diversos altercados que acabaron con destrozos a viviendas y vehículos del entorno familiar del acusado.