La odisea de los vecinos del número 145 de camino de ronda tras el gran incendio | ideal

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El olor a quemado ha quedado reducido a la mínima expresión; solo se aprecia alrededor de la puerta donde se originó el fuego. En apariencia, ... la normalidad ha regresado al número 145 de


Camino de Ronda, donde hace dos semanas se produjo un incendio en una vivienda del cuarto piso. Sin embargo, varios vecinos no han podido aún regresar a sus casas. Además de los inquilinos


del piso donde se inició el fuego, otros tantos han buscado alojamiento alternativo mientras realizan tareas de limpieza y pintura para adecentar sus hogares. La Policía Nacional, después de


inspeccionar el lugar, tiene la hipótesis de que el origen estuvo en una estufa que echó a arder de forma «accidental». Varias personas, algunas de ellas menores de edad, resultaron


intoxicadas por inhalación de humo en el suceso, que se registró después de medianoche. IDEAL ha regresado al lugar de los hechos, un edificio en el que principalmente viven estudiantes. La


mayoría de afectados, aprovechando que ocurrió cerca de las vacaciones de Semana Santa, regresaron a sus pueblos y ciudades natales. En este tiempo han realizado gestiones con los seguros y


se han llevado a cabo pequeñas obras, como la sustitución de cristales rotos. Algunos están volviendo al bloque de Camino de Ronda esta semana, otros aún no pueden. Es el caso de Estela, que


ayer recogía sus pertenencias para volver a abandonar el piso otras dos semanas. «Tienen que limpiar y pintar, las paredes están negras porque los bomberos sacaron el humo por aquí. La


inmobiliaria nos ha buscado un alojamiento temporal», explicó. Por otra parte, los inquilinos del piso donde se originó el fuego han buscado también un lugar alternativo de alquiler, según


comentaron los vecinos. El domicilio quedó completamente calcinado y hará falta mucho tiempo para que vuelva a ser un espacio apto para vivir. Cuando avancen las labores de restauración


podrá iniciarse el arreglo de las partes comunes; cabe recordar que la cuarta planta está invadida por el color negro. Dos bombonas de butano, sacadas de la zona cero, permanecen aún


intactas en el pasillo. MIENTRAS DORMÍAN Muchos de los vecinos dormían cuando empezaron a oír cristales romperse y voces. «Un compañero de piso empezó a gritar: ¡Abrid, corred, que hay


fuego, hay fuego! Intentamos reaccionar rápido y salimos todos corriendo, pero había humo por todos lados», señaló en su día Adrián, vecino del sexto. Paola y Andrea, que viven justo al lado


del piso afectado, también contaron su experiencia. «Creíamos que era una pelea. Al asomarnos al balcón, vimos a los vecinos fuera, súper alarmados. Cogimos las llaves, el móvil y nos


bajamos corriendo por las escaleras», apostillaron. Mientras huían, temían que el fuego las dejara atrapadas, pero estaba contenido en el piso. Pudieron regresar a casa de madrugada, aunque


durmieron con la ventana abierta por el «horrible olor» y el susto en el cuerpo.