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1. Será complicado que el Granada engrandezca en el futuro el balance de 2020. Se alza como el más importante de su historia, en ... un cómputo global subrayado por las enormes diferencias

existentes en el contexto futbolístico moderno. Mejorarlo supone una aspiración para un 2021 de sueños renovados, con frentes ilusionantes. 2. El principal, el reto de mantener la brillante

regularidad que le ha permitido luchar por objetivos mayores a los teóricos por presupuesto y trayectoria. El desafío se encuentra en alargar su mejor era ahora que la institución se dispone

a celebrar su 90 cumpleaños. Todo envuelto en la terrible paradoja de que no disfrute de este momento idílico con su afición en el estadio por los perniciosos efectos restrictivos que

ocasiona el coronavirus. Que la pandemia remita y este alejamiento acabe es el otro gran deseo de su masa social. 3. Alcanzar las semifinales de la Copa del Rey (con un pie en la final

durante varios minutos), concluir la última Liga en la séptima posición siendo un recién ascendido, superar tres rondas previas para estar en la Europa League y avanzar hasta los

dieciseisavos de final de esta competición resumen las descomunales proezas de este equipo glorioso, pero hay muchísimos aspectos más a resaltar. Fundamentos que abundan en la diversidad

táctica. Su enraizada resistencia ante cualquier adversidad, sea del tipo que sea. Los valores de vestuario incorporados en Segunda y que adoptaron los fichajes, convencidos del credo de un

técnico, Diego Martínez, elevado a la categoría de mito. Su rostro, en la puerta de los entrenadores en Los Cármenes, representa este ciclo majestuoso. 4. La actual inercia rojiblanca en

Primera división iguala la recaudación que manejaba justo por estas fechas, el pasado mes de enero. 24 puntos en el casillero, pero con tres encuentros disputados menos que por aquel

entonces. Ha pasado Nochevieja en la misma séptima plaza en la que concluyó la pasada temporada, en julio. Un curso marcado por la irrupción de la Covid-19 y el parón que ha transformado el

fútbol de élite en un deporte a puerta cerrada para el público, sometido a estrictos protocolos higiénico-sanitarios. 5. La clasificación hoy está algo distorsionada todavía porque no todos

los equipos han disputado las mismas jornadas. Los nazaríes se equilibrarán con el grueso de escuadras cuando se midan a Osasuna el próximo 12 de enero, duelo que fue aplazado en su día al

coincidir con aquel último compromiso de la previa de la UEL en Malmö. El triunfo que trajo la apertura real del escaparate europeo. 6. Adaptarse a todas las circunstancias acaecidas ha sido

complicado para todos los clubes. El Granada ha demostrado en ello uno de sus principios más sólidos: la fiabilidad. Obtuvo un rendimiento magnífico tras el generalizado confinamiento

primaveral, siendo el único que optó por organizar una concentración en otro lugar, Marbella. Un sacrificio que la plantilla aceptó y que dio sus frutos. Ya en la presente campaña, emerge

como el conjunto que más partidos oficiales ha afrontado hasta la fecha, 24. Se ha visto sometido al notorio estrés de tener algo en liza antes que la mayoría y más veces. Ya pugna en tres

competiciones desde que se agregó la nueva edición copera. 7. Ha sido también el club más afectado por el coronavirus. Al menos en apariencia, por los datos que se han difundido

públicamente. No han salido a la luz las identidades de algunos futbolistas en otras entidades que sí habían superado la enfermedad cuando se retomaron los entrenamientos para acabar el

anterior ejercicio. Solo se destaparon los que dieron positivo en el momento de los test iniciales, no los que contaban con anticuerpos tras pasarla. El Valencia fue un ejemplo de contagio

masivo en la primera ola por su viaje a Italia. No se terminó de destapar cuántos sufrieron la Covid-19, aunque internamente lo sepan. 8. En el Granada sí se conoce en detalle que cuenta con

13 futbolistas que han tenido la enfermedad activa. Uno de ellos, Luis Milla, la está sufriendo aún. Gran parte del cuerpo técnico, médico y de auxiliares, incluido Diego Martínez, también

se han enfrentado a la patología, ya sea con síntomas o sin ellos. Todo esto se sabe con claridad gracias al incidente que más ha condicionado el rendimiento del equipo en el último tercio

de 2020. Afloraron casos antes, durante y después del viaje a Nicosia del Granada y LaLiga atajó la situación con una medida ejemplar. Consideró que los rojiblancos padecían un brote y mandó

confinar a todos los que viajaron a Chipre y no presentaban inmunidad ante el coronavirus. 9. Gente sana, como se demostró después, se quedó en casa y el equipo acudió en cuadro a San

Sebastián, con canteranos y ciertos futbolistas con problemas físicos. No se aplazó el partido, que acabó con una esperable derrota, y repercutió en las siguientes semanas. La mayoría pasó

la pausa de selecciones de noviembre en un encierro forzoso y el grupo sufrió un bache de resultados, con el oasis de otro triunfo con el Omonia que aseguró la prosperidad en la UEL; sería

segundo de grupo como poco, como así terminó. Cayó goleado ante dos colistas en Liga, Valladolid y Celta, y empató 3-3 con el tercero consecutivo que llegaba en el último peldaño, el Huesca.

Lo hizo remontando un 1-3, algo que insufló ánimo en el seno rojiblanco. 10. Llegaron otras tablas, con el PAOK, pero con portería a cero, algo que se extendió en las tres siguientes

victorias, una de ellas en Copa. No pudo con el Madrid en Valdebebas, aunque manteniendo la compostura hasta el final, y logró remontar al Valencia a pesar de las ausencias de jugadores como

Milla o Machís. El parte de bajas ha mantenido su amplitud desde que arrancó la temporada, pero nunca se utilizó de excusa. El sistema se retoca o se emplean a los menos habituales, porque

para Diego Martínez todos son importantes y los reparte de distintas maneras. Es otro de sus secretos, dentro de una mentalidad colectivista en la que todos se sienten útiles. El propósito

es perfeccionar lo que parece insuperable. Romper los límites una vez más.