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Diego Martínez quiere fichajes para el Granada, pero no tiene claro a quién dirigirse. «Sería interesante y necesario», confesó en Canal Sur. El entrenador es ... consciente de la extraña

coyuntura en la que se instala el club, con una propiedad cada vez más intervencionista y que socava la autonomía con la que han estado actuando los gestores locales hasta la fecha. Con John

Jiang de presidente se percibía cierta dejadez, pero eso al menos permitía que casi todo quedara en manos del grupo capitaneado por Antonio Fernández Monterrubio. Junto al director

deportivo Fran Sánchez, han demostrado que formaron un colectivo bien avenido. Ahora con Rentao Yi de cabeza visible, máximo accionista, sí que ha habido movimientos de control a través de

sus personas delegadas, lo que también afecta a lo deportivo. Ese rigor revisionista ya afectó a los últimos coletazos del bazar estival. Los retrasos en los cierres de las operaciones de

Luis Suárez y Nehuén Pérez estuvieron relacionados con flecos por los cambios en el consejo de dirección. Ahora ocurre algo parecido. Diego Martínez tiene peticiones, la dirección deportiva

sondea opciones, pero la última palabra ya no está en la ciudad, sino fuera. En las próximas semanas se ha de aclarar si hay disposición para invertir. Pese a la situación derivada de la

Covid-19, el avance en la Europa League garantiza dinero extra para estos menesteres. Y es que el Granada funciona como empresa en sus oficinas, pero no deja de ser un equipo de fútbol. El 1

de enero se abre el mercado invernal y el entrenador demanda ya incorporaciones. Lo hizo en el programa El Pelotazo. «Aquí lo que cambia o no los planes es la pasta», reconoció, aunque con

buen talante, tras el encuentro en Tesalónica. «No sé de números, la verdad. Sinceramente, todo lo que podamos mejorar en el mercado sería interesante y necesario, porque nuestra realidad es

distinta a Villarreal, Real Sociedad, etc. No tenemos nada que ver con esos equipos. También digo que no sé si habrá disponibilidad, si no la habrá, a qué podemos acceder…», mostró con

franqueza. «Hay que estar abiertos a mejorar», agregó. Dentro de un tono distendido, los periodistas se ofrecieron a 'ayudarle', pero desconociendo a quién se tendrían que dirigir,

si a gente que está en España o fuera, en referencia a la propiedad china. «Yo tampoco lo sé. Si os enteráis vosotros me lo decís», continuó Diego, entre risas generalizadas, pero apuntando

a la ambigüedad del principal dueño y sus allegados.