Pasando el tiempo | Ideal

Pasando el tiempo | Ideal


Play all audios:


Levanto los ojos del ordenador y miro el calendario de mi escritorio. No doy crédito. Nos hemos comido los cinco primeros meses de este año ... casi sin darnos cuenta. Hace algo más de un


mes que publiqué mi columna anterior. Además de las vivencias personales, en este tiempo, han pasado demasiadas cosas sobre las que en algún momento he pensado escribir. Pero todo pasa tan


rápido que he cambiado de tema varias veces. En este mes, hemos vivido un apagón inédito que nos ha puesto a hablar entre nosotros y a volver a mirarnos a los ojos a oscuras. Algunos lo


vivieron como una tragedia; otros, como un parón interminable. En estos días, también hemos despedido a un Papa y recibido a otro viviendo en directo la emoción del momento. Los aficionados


al fútbol y al tenis han homenajeado a jugadores y entrenadores y ya se van adjudicando los trofeos de final de temporada. Nos hemos dado un paseo polémico por Eurovisión. Y todas las tardes


podemos ver cómo la televisión pública alcanza unas cotas de mal gusto y degradación insuperables a costa de nuestros bolsillos. También, como buenos cotillas, hemos buceado en los mensajes


privados de nuestros gobernantes. Desde América, nos siguen sorprendiendo casi todos los días con noticias surrealistas y poco halagüeñas. La primavera ha venido y se ha ido con la misma


rapidez que las noticias. Las flores y la ropa de entretiempo hacen solo un amago de aparecer pues ya tenemos aquí la primera ola de calor del verano. Se suceden exámenes, puesta de banda,


comuniones y ropa de etiqueta de todo tipo. Y romerías y fiestas en todos los pueblos. Y en Jaén, en el eterno Jaén, ha empezado a circular el tranvía, otra vez en pruebas. Han pasado


catorce años desde que se terminó. Todo esto y mil cosas más nos han entretenido unos días para olvidarlas semanas después. Y lo mismo pasa en nuestras vidas. Vamos de una cosa a otra sin


darnos cuenta del paso del tiempo, del tempus fugit. Este tema ha preocupado desde siempre, como nos han contado literatos, filósofos e historiadores. «En el hoy y mañana y ayer, junto


pañales y mortaja, y he quedado presentes sucesiones de difunto» escribió nuestro agudo e insigne Francisco de Quevedo. Lo que ocurre a veces es que vivimos absorbidos y entretenidos con


asuntos nimios y descuidamos los importantes. Si estuviéramos haciendo comentario de texto, diríamos que tenemos localizadas todas las ideas secundarias y evadimos el tema principal. Y para


mí, el tema principal se llama Gaza, Ucrania y cientos de sitios más donde viven en guerra sangrientas e interminables. Nos llegan cifras terribles que, aunque nos dañan momentáneamente,


enseguida tenemos otro sitio más cómodo hacia donde mirar. La historia dará testimonio de nuestra cobardía. ¿Se les pasará el tiempo en Gaza igual de rápido que a nosotros? El paréntesis


oscuro del tiempo, de sus vidas rotas, de las calamidades imperdonables y el sinsentido. Ojalá no nos distraigamos con lo insustancial y encendamos luces y tiempos nuevos para ellos y para


todos.