
Un viaje emocional a través de las cofradías de hoy | ideal
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Álvaro de la Torre Araus Granada Domingo, 13 de abril 2025, 13:37 | Actualizado 15:56h. Comenta Compartir La Semana Santa granadina es un mosaico de vivencias, donde cada cofradía narra su
propia historia. En el Domingo de Ramos, la ciudad se llena de fervor y espiritualidad, y cinco hermandades deslumbran con su paso, cada una con su encanto y particularidades que invitan a
sumergirse en la esencia de esta celebración. Desde la Borriquilla hasta el Cautivo, cada una de ellas despierta emociones profundas que resuenan en el alma de los que observan. La
Borriquilla EL COMIENZO DE LA PASIÓN La hermandad de La Borriquilla es la primera en recorrer las calles, marcando el inicio de la Semana Santa. Su salida desde la iglesia de San Andrés
cobra vida en el instante en que el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén se desliza por el Arco de Elvira. Este mágico momento no solo establece el comienzo de la Semana Santa, sino que
también nos transporta a la historia misma, resonando en cada corazón presente. Las sonrisas de los más pequeños, que ven en Jesús un símbolo de esperanza, contrastan con la solemnidad de la
procesión, creando una atmósfera única que envuelve todo a su alrededor. Este año también nos dará imágenes para el recuerdo la bajada de la cofradía por la calle Reyes Católicos, Puerta
Real de España y la Acera del Darro. El corazón de Granada sentirá la llegada de una nueva Semana Mayor. Santa Cena LA GRANDEZA EN EL REALEJO No lejos de aquí, en el encantador barrio del
Realejo, la Santa Cena despierta un fervor cofrade que se siente en cada rincón. La emoción alcanza su cúspide al presenciar su regreso hacia la plaza de Santo Domingo. En este recorrido, el
elegante andar del misterio bajo costal y el clasicismo del palio de la Virgen de la Victoria fusionan tradición y devoción. Cada paso es una danza entre el pasado y el presente, donde la
fe y la cultura se entrelazan, ofreciendo una experiencia inigualable que reanima los sentidos. En esos instantes, la ciudad se convierte en un escenario sagrado, y los espectadores, en
fervorosos actores de una historia colectiva. Maravillas LA BELLEZA DE LA NOCHE GRANADINA A medida que avanza la tarde, la Hermandad de las Maravillas irrumpe con su mágica llegada a la
Plaza Nueva. Aquí, el acontecimiento se viste de gala, pues la recogida del paso de palio es un regalo anual que sólo se recibe con alegría y reverencia. Acompañar a la Virgen por la Carrera
del Darro a los sones de la Banda de Armilla, mientras la noche abraza a Granada, es una experiencia que trasciende la mera observación; es un encuentro espiritual que evoca los valores de
la fraternidad y la esperanza. Cada mirada cómplice y cada susurro compartido se convierten en parte del legado que esta hermandad transmite a lo largo de los años. Esta cofradía será la
primera en bajar por un nuevo lugar lleno de encanto de nuestra Semana Santa: Cuesta Aixa con Ancha de la Virgen Jesús Despojado LA CONEXIÓN HUMANA En el trayecto hacia la Catedral, la
cofradía del Jesús Despojado va dejando huellas imborrables. Especialmente conmovedor es el momento en que llega a la Calle San Antón, donde la Hermandad del Cristo de San Agustín se une a
sus oraciones. Este encuentro resalta el sentido de comunidad que envuelve la Semana Santa granadina; cada hermandad es un hilo que teje la vasta tela de historias compartidas. La emoción
palpable en el aire nos recuerda que, en este recorrido, todos somos parte de un mismo relato. LA EMOTIVIDAD DE LA TRADICIÓN Finalmente, la salida de la hermandad del Cautivo desde la
iglesia del Sagrario es un momento que toca el corazón de quienes lo presencian. La conexión con la comunidad de clarisas, que alberga su sede canónica, añade una capa de emotividad a la
ceremonia. Los rostros de los fieles, marcados por lágrimas y sonrisas, revelan la profundidad de sus sentimientos. Aquí, en este tránsito cargado de simbolismo, se vive un momento de
comunión que trasciende el tiempo y el espacio, recordándonos que la Semana Santa es un viaje hacia lo más profundo de nuestras convicciones. Esta corporación llevará a sus Titulares por
calles inéditas como San Antón y Verónica de la Virgen UN LEGADO QUE PERDURA Así, el Domingo de Ramos en Granada no es solo la apertura de una semana de penitencia; es un viaje emocional que
cada año nos invita a redescubrir nuestras raíces, a conectarnos con la historia y a celebrar la vida en su forma más pura. Es también el momento del estreno de una nueva Carrera Oficial y
de calles que serán cofrades por primera vez en su historia. Cada cofradía, con su particularidad y encanto, se convierte en un reflejo de nuestra identidad colectiva, contribuyendo a la
rica herencia cultural que es propia de esta mágica ciudad. En cada paso, en cada suspiro, la Semana Santa nos recuerda que somos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos. Comenta
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