Cómo varios trozos de un volcán marciano llegaron a la Tierra hace 14 000 años

Cómo varios trozos de un volcán marciano llegaron a la Tierra hace 14 000 años


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En 2011, un coleccionista compró en Marruecos un curioso meteorito oscuro de 320 gramos. Esta roca estaba hecha del tipo de minerales que se forman cuando una masa de magma o lava se enfría,


así que debía provenir de un mundo diferenciado. O, lo que es lo mismo, de un cuerpo celeste lo bastante grande como para que su propia gravedad separase su interior en un núcleo metálico


denso y un manto rocoso más ligero. Este meteorito ígneo fue bautizado como North West Africa (NWA) 7034 y su análisis químico e isotópico acabó revelando que era una roca procedente de la


superficie de Marte.


Al año siguiente apareció en el mercado otro meteorito marciano de 84 gramos, clasificado como NWA 7533. El estudio de este meteorito reveló que estaba hecho del mismo material que NWA 7034.


El hecho de que NWA 7034 y NWA 7533 estuviesen emparejados sólo podía significar que se trataba de dos fragmentos de una misma roca espacial que estalló en mil pedazos durante su entrada en


la atmósfera terrestre. Ahora bien, ¿cómo habían acabado en la Tierra esos fragmentos de la superficie marciana?


La época en la que se formaron los cristales de un mineral se puede deducir a partir de la proporción de ciertos elementos radiactivos que presenta. Por ejemplo, los átomos de uranio van


expulsando partículas de su núcleo hasta que se convierten en átomos de plomo. Como conocemos el ritmo al que tiene lugar esta transformación, podemos calcular cuándo se cristalizó un


mineral midiendo su proporción de estos dos elementos.


NWA 7034 y NWA 7533 son lo que se conoce como brechas, un tipo de rocas compuestas por cristales grandes incrustados en una matriz de grano mucho más fino. Algunos de los cristales de estos


meteoritos parecen haberse formado hace 4 400 millones de años, mientras que otros tienen sólo 1 500 millones de años de antigüedad. Sin embargo, la composición isotópica de los cristales


sugiere que, en realidad, todos se formaron al mismo tiempo (hace 4 400 millones de años) y que las rocas fueron alteradas por el calor o la actividad hidrotermal hace unos 1 500 millones de


años. Este fenómeno alteró la composición isotópica de algunos de los minerales y «reseteó» sus relojes radiactivos, así que ahora da la impresión de que algunos cristales son más jóvenes.


Por otro lado, el meteorito contiene ciertos isótopos de helio, neón y argón que se forman cuando una roca está expuesta a la radiación espacial. La abundancia de estos elementos sugiere que


NWA 7034 y 7533 fueron irradiados entre 7 y 10 millones de años y que, además, la formación de estos isótopos se detuvo hace unos 14 000 años.


Teniendo todos estos datos en cuenta, los autores de un nuevo estudio han reconstruido el posible viaje de estos meteoritos marcianos.


Hace 4 400 millones de años, el material de este meteorito se cristalizó sobre el planeta rojo dentro de una masa de magma o de lava. Con el tiempo, la erosión trituró estas rocas ígneas y


las convirtió en regolito, una capa de varios metros de espesor compuesta por polvo y rocas pequeñas. Hace 1 400 millones de años, un flujo de magma se abrió paso a través del regolito y dio


forma a un volcán en la superficie. Durante el proceso, el calor o los fluidos hidrotermales que circularon por el regolito pudieron aglomerar el polvo y las piedras sueltas,


convirtiéndolos en brechas rocosas.


Finalmente, esta zona de la superficie marciana experimentó el impacto de un asteroide hace entre 7 y 10 millones de años. La colisión fue lo bastante intensa como para eyectar al espacio


fragmentos de ese regolito litificado y al menos uno de ellos estuvo dando vueltas alrededor hasta hace unos 14 000 años, cuando se cruzó con la Tierra, se precipitó a través de la atmósfera


y estalló en mil pedazos en el aire. Los meteoritos NWA 7034 y NWA 7533 serían dos trozos de ese pedrusco marciano que sobrevivieron a la caída.


Lo curioso de este caso es que existen otros dos tipos de meteoritos marcianos (las nakhlitas y las chassignitas) que parecen haber formado parte de una estructura volcánica. Y, según los


autores de este nuevo estudio, el material de estas rocas marcianas podría haberse cristalizado en el mismo volcán que aglomeró el material de NWA 7034 y NWA 7533 hace 1 400 millones de


años. De ser así, estaríamos ante el caso de un solo impacto que borró de la superficie de Marte una gran área de terreno… Y provocó que diferentes fragmentos de ese paisaje volcánico


extinto terminasen cayendo a la Tierra.