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Julia Fernández Sábado, 31 de mayo 2025, 17:37 Comenta Compartir El col delle Finestre ha dictado sentencia en el Giro. Aunque la etapa reina era la de ayer, la de hoy no ha decepcionado a

los aficionados al ciclismo y ha dinamitado la carrera. Ha provocado un vuelco en la clasificación final. El británico del Visma Simon Yates es el nuevo hombre de rosa y, salvo catástrofe

mañana en Roma, se llevará el trofeo infinito de la carrera. El ciclista inglés, que iba tercero en la general con una desventaja de 1 minuto y 21 segundos, atacó en la parte asfaltada del

col delle Finestre, a 50 kilómetros de la línea de meta. Y se fue con facilidad de sus rivales. Por detrás, Del Toro (UAE) y Carapaz (Education First), primero y segundo, se enzarzaron en

una pelea por ver quién tiraba menos que le benefició. Y ni el sterratto sirvió para que intentaran neutralizar al rival. Todo lo contrario: la diferencia no hacía más que crecer En el

descenso, el británico enlazó con su compañero Van Aert, que se descolgó de la fuga que lideraba la etapa y le llevó en volandas hasta la ascensión final, Sestriere. Le dejó a cinco

kilómetros de meta, cuando tenía ya 5 minutos de ventaja sobre Del Toro y Carapaz, que habían renunciado a toda opción. La victoria del día fue para Chris Harper, del Jayco AlUla, pero el

verdadero ganador ha sido Yates, que se viste de rosa y probablemente lo luzca también en el podio final de la ciudad eterna mañana, salvo sorpresa de última hora. JUSTICIA POÉTICA Finestre,

Cima Coppi este año con sus 2.178 metros de altitud, ha vuelto a ser el juez del Giro, como ya ocurrió en 2018. Y le ha dado la revancha a Yates, que perdió la carrera en 2018 en este mismo

puerto. Entonces, Froome, con la carrera perdida y a 4 minutos de él, atacó a 80 kilómetros de meta. El inglés reaccionó tarde y mal -acabó con 39 minutos perdidos- y dejó el triunfo en

manos del sudafricano del Sky. La victoria de hoy le redime de aquella derrota tan amarga y demuestra que en el ciclismo moderno hay que tener piernas, pero también hay que ser un gran

estratega. En el UAE, que llegaba a Italia con dos grandes bazas para llevarse la carrera, el mexicano Del Toro y el español Ayuso, las caras han sido decepción. Salvo una, la del gemelo de

Simon, el discreto Adam, que no ha podido evitar sonreír ante la gesta de su hermano. Comenta Reporta un error