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El deporte de equipo no entiende de justicia sino de efectividad. Da igual si la competición es profesional o de formación. También la especialidad. Un ... gran ejemplo es lo que ocurrió

ayer en la primera parte sobre el césped de El Toralín en la final de la Copa de Campeones Juvenil que enfrentó al Betis y al Valencia. Por juego, y ocasiones, el 1-1 al descanso no reflejó

lo que ocurrió sobre el verde pero en el fútbol mandan los goles. Y ese palo, el de acabar en empate una primera parte donde dominaron de forma clara, no lo supo superar el equipo

valencianista que en la segunda saltó afectado. Algo que sí que tiene que ver con la formación, puesto que en el salto profesional es más fácil de gestionar ese tipo de frustraciones. A buen

seguro que Dani Fragoso, el técnico del equipo hispalense supo tocar esa tecla al descanso. Lo que quedó claro es que en la segunda parte la foto fue justo la contraria, con un Betis que

aprovechó ese bajón anímico del rival para comenzar a mandar en la final y darle la vuelta al marcador, con los goles de Rodrigo y Morante, para acabar ganando, tras dos finales seguidas

perdidas su primer título. El Valencia, que llegó a la final tras superar al Barça y al Real Madrid en dos cruces épicos, no pudo amarrar su segundo título juvenil tras el que consiguió en

2007 tras ganar en la final 3-1 al Real Madrid. La plata conseguida en Ponferrada es la tercera para la entidad de Mestalla en la categoría, puesto que se une a las conseguidas en 1998, tras

caer 2-1 frente a la Real Sociedad en la final, y en 2010, con el Real Madrid como campeón tras ganar 3-1. Uniendo la anterior etapa de la categoría, desde 1986 a 1995 se disputaba en

formato de liguilla con el nombre de Liga de Honor sub-19, el conseguido ayer es el cuarto subcampeonato para el Valencia, puesto que también lo consiguió en 1994. En total, un oro y tres

platas en el último escalón de la cantera puesto que los filiales no disputan una Liga. Cuando pase el disgusto, el equipo de Óscar Sánchez podrá sentirse muy orgulloso de la temporada que

ha realizado. El club hacía 15 años que no aparecía en el último partido de la Copa de Campeones. A los dos minutos de la final, el Valencia ya tuvo la opción de hacer el primero pero. Tras

una gran jugada de Jaume Durà, el lanzamiento de Aimar, tras hacer la pared con su compañero, se marchó cerca del palo. A la segunda, el delantero no perdonó. Un desborde de Otorbi por banda

derecha, y un mal despeje de Manu González, permitió a Aimar marcar de cabeza el 0-1 a los siete minutos de partido. Comenzó ahí un dominio total de los valencianistas en la primera media

hora. A los 17 minutos, otra gran jugada personal de Otorbi habilitó el balón a Monferrer, pero el disparo del capitán valencianista salió mordido y a pocos centímetros del poste derecho. La

mala suerte de esa primera parte quedó reflejada entre los minutos 33 y 35. Fueron los que transcurrieron desde que Aimar Blázquez estrelló el balón en el palo, otra vez el derecho, en un

mano a mano contra el portero bético y que Lucas Núñez estrellara contra el larguero una falta. Un dominio total del Valencia... que culminó con el empate del Betis. En el 48, a pocos

segundos de que finalizara la primera parte, Rodrigo ganó la espalda a su defensor para anotar de cabeza el empate. Ahora que estamos acostumbrados al fútbol con VAR, en la repetición se

observó como el jugador bético estaba en un más que posible fuera de juego. Ese golpe, rozando el descanso, fue demasiado duro para un Valencia que se apagó en la segunda parte. Tras el

segundo gol del Betis, en el 64 y con otro cabezazo de Rodrigo, Óscar Sánchez intentó buscar la reacción desde el banquillo pero no funcionó. En uno de ellos, tras un despiste desde el saque

de banda, Morante sentenció con el tercero. LA LEYENDA RICARDO ARIAS CONSUELA A LOS JUGADORES DEL VALENCIA Para la historia quedará la imagen de Ricardo Arias, una leyenda del Valencia,

consolando tras el partido a un equipo que ha firmado una espectacular temporada. La hemeroteca les recordará como uno de los mejores equipos juveniles de la historia del club y haber tenido

el apoyo del mito de Catarroja que, además, fue uno de los encargados de entregar las medallas. Ahí, volvió a tener gestos de cariño con los jugadores y miembros del cuerpo técnico que,

como es lógico, estaban decepcionados.