Cefalea en racimos: el último gran motivo para dejar de fumar
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Imágenes truculentas, mensajes duros. Una mujer vomitando sangre, una pareja frente a un ataúd infantil, un hombre languideciendo en un quirófano, otro con un orificio en el cuello... Del
primigenio “Fumar mata” impreso en las cajetillas de tabaco en el año 2003, se ha pasado a consignas más concretas: “Fumar daña los pulmones”, “Fumar puede matar al hijo que espera”, “Fumar
provoca infartos”, “Fumar provoca cáncer de cuello y garganta”, “El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas”... El consumo de cigarrillos está asociado a cáncer,
problemas, cardiovasculares y, en definitiva, a muerte, pero todavía hay más. Un estudio genético internacional, en el que ha participado el hospital Vall d’Hebron, concluye que fumar es una
de las causas de la cefalea en racimos, uno de los dolores más intensos que existen. La fotografía de una persona trastornada por un dolor de cabeza extremo, con el lema “Fumar provoca
cefalea en racimos” podría ser la nueva advertencia para concienciar a los fumadores. Múltiples factores influyen en el desarrollo de esta enfermedad, pero el tabaco juega un papel
determinante, según concluye un estudio genético encaminado a encontrar las causas. Basado en datos genéticos de 4.777 pacientes con cefalea en racimos y otras 31.575 personas sanas,
mayoritariamente de Europa y el este de Asia, el trabajo ha localizado ocho regiones del genoma relacionadas con el riesgo de cefalea en racimos, algunas de las cuales muestran que el tabaco
juega un papel clave. La relación estaba claramente bajo sospecha, teniendo en cuenta que aproximadamente el 80% de las personas con cefalea en racimos son fumadoras o han estado expuestas
al humo del tabaco de los padres durante la infancia. El trabajo impulsado por el Consorcio Internacional de la genética de la Cefalea en Racimos, en el que participan 13 países, lo ha
confirmado. Publicado en_ Annals of Neurology _, el estudio prueba la relación causa-efecto entre el hábito de fumar y una patología terriblemente dolorosa e invalidante, también conocida
como dolor del suicidio. Aunque no se conocen con detalle los mecanismos, los investigadores indican que el tabaco afecta a la expresión de algunos genes relacionados con el desarrollo de la
cefalea. Por ejemplo, fumar acrecienta la expresión del gen MERTK y disminuye la del CFTR, unas alteraciones que se observan también en los pacientes con cefalea en racimos. EL VALL
D’HEBRON INVESTIGA LAS CAUSAS DE LA CEFALEA JUNTO A OTROS QUINCE GRUPOS DE DOCE PAÍSES Según Patricia Pozo-Rosich, jefe de sección del servicio de Neurología y de la unidad de Cefalea del
hospital Vall d’Hebron, el hallazgo representa un aliciente más para que los fumadores se decidan a dar el paso. “Hemos considerado que valía la pena comunicar los resultados porque
representan un motivo más para dejar fumar y que gente sea consciente de que el tabaco [causante de 8 millones de muertes al año en el mundo, según la OMS] no solo provoca cáncer y facilita
la enfermedad cardiovascular, sino que para una persona con riesgo genético de tener cefalea en racimos es el factor causal más importante”, explica la doctora, jefa del grupo de Cefalea y
Dolor Neurológico del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). Dejar de fumar es un factor modificador de la enfermedad, afirma Pozo-Rosich. Los pacientes que lo hacen, mejoran, y para los
no fumadores (la minoría), “el control y la gestión de la enfermedad son más factibles”. Además del papel del tabaco, los investigadores también han analizado la relación genética de la
cefalea en racimos con patologías como la depresión, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el comportamiento desafiante, la migraña o el dolor musculoesquelético. EL
80% DE LOS AFECTADOS, EN UNA RELACIÓN DE 3 HOMBRES POR CADA MUJER, SON FUMADORES La cefalea en racimos es una enfermedad extraordinariamente incapacitante, un dolor de cabeza primario que se
origina en una predisposición genética asociada a un estilo de vida (fumar). Se considera una enfermedad rara, con una prevalencia del 0,1% de la población adulta, y afecta mayoritariamente
a los hombres (tres hombres por cada mujer), sobre todo fumadores, aunque no en todos los casos. “Muchas veces el impacto de las hormonas al inicio de la pubertad desencadena el desarrollo
de la enfermedad”, precisa Pozo-Rosich. “Se denomina en racimo porque se presenta con episodios que se agrupan en determinados momentos en el año. Duran entre media hora y dos horas y puedes
tener entre uno y ocho episodios al día, entre tres semanas y tres meses. En algunas personas se cronifica. Los episodios se producen mayoritariamente por la noche, despertando a la
persona, y si se le llama dolor del suicidio es porque es extraordinariamente intenso. El paciente siempre lo describe ‘como si me clavaran un cuchillo en el ojo’”. Alberto Herrero, un
afectado a quien el pasado año implantaron un electrodo en el cerebro como último recurso para controlar la enfermedad, describía así sus efectos en declaraciones a_ La Vanguardia _: “Parece
que te estén quemando un ojo y te lo estén intentando sacar. Y te duele la boca, la cabeza, las cervicales, la nariz, te duele todo a la vez. Es insoportable. Y si alguien te quiere ayudar,
lo rechazas, le hablas mal sin querer”. “No es extraño que le llamen dolor de cabeza suicida o cefalea suicida, porque es insoportable y deseas acabar con todo”. UN DOLOR ATROZ: “PARECE QUE
TE ESTÉN QUEMANDO UN OJO Y TE LO ESTÁN INTENTANDO SACAR” Los 16 grupos de investigación (incluido el del Vall d’Hebron) integrados en el Consorcio Internacional, en paralelo con la
industria farmacéutica, seguirán trabajando en busca de nuevas dianas terapéuticas, con la dificultad de la escasez de afectados para desarrollar ensayos clínicos. Estados Unidos a aprobado
un anticuerpo monoclonal que se ha mostrado eficaz en un estudio, pero en Europa solo puede administrarse como uso compasivo, puesto que se requieren don ensayos paralelos para su
aprobación. Lee también Antoni López Tovar