Un pasado de oro y un presente ilusionante en el voleibol regional | la verdad

Un pasado de oro y un presente ilusionante en el voleibol regional | la verdad


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Lunes, 7 de abril 2025, 01:00 | Actualizado 19:28h. Marta Gens, Olga María Martín, Angélica Gómez, Toñi Máiquez, Marina Nikulina, Inessa Emelianova y Yulia Bubnova. Estos nombres


probablemente no le sonarán hoy a casi nadie en Murcia. Solo algunos nostálgicos del voleibol regional recordarán a estas siete mujeres que hace ahora 30 años lograron un éxito sin


precedentes. Ellas formaban el equipo del Club Voleibol Murcia que se plantó en la gran final de la Copa de Europa de voleibol femenino de 1995. Era la máxima competición continental y hasta


entonces ningún club español había llegado tan lejos en Europa. Perdieron las murcianas esa final, disputada en Bari (Italia) frente al Uralochka de Ekaterimburgo. Sus seis jugadoras,


Menshova, Batuktina, Morozova, Minskiva, Gracheva y Artamonova, formaban el equipo titular de la selección rusa, que a mediados de los noventa era una de las mejores del planeta. Habían sido


plata en Barcelona 92 y bronce en el Mundial celebrado en Brasil en el 94. El conjunto murciano eliminó ese año al campeón eslovaco (Slavia de Bratislava), al alemán (CJD Berlín) y al


ucraniano (Iskra Lugansk). Contaba con tres rusas de gran nivel un equipo entrenado por José Antonio Navarro y sostenido económicamente «casi en su totalidad» por el Ayuntamiento de Murcia.


El sueño duró poco. El CV Murcia, que ganó tres Ligas pero no pudo levantar la Copa de la Reina, desaparecía en 1996 porque era inviable desde el punto de vista económico. * 3.000 fichas


federativas ha expedido esta temporada 2024-25 la federación murciana de voleibol, su cifra más alta de la última década. * 2 equipos han competido este curso en la Superliga 2, el segundo


escalón de las ligas nacionales. El FC Cartagena Algar Surmenor ha sido cuarto en categoría femenina y el Judesa de Molina ha terminado penúltimo en la masculina, por lo que desciende a


Primera Nacional. * 16 años lleva Pepe Valera como presidente de la territorial murciana. En total, son 45 años ligado a este deporte, como jugador, entrenador, directivo y presidente. Pepe


Valera, que lleva 45 años ligado al voleibol murciano y preside la federación regional desde 2009, vivió aquella historia muy de cerca. «Nosotros teníamos el Voley Murcia, pero vino ese


tsunami del CV Murcia y nos tuvimos que apartar. Éramos jóvenes, nos dijeron que se debía priorizar el nuevo proyecto que abanderaba el Ayuntamiento y lo acatamos», recuerda. UN PROYECTO


SERIO Cuando ese proyecto colapsó en 1996, «nosotros tomamos el testigo y estuvimos once temporadas en Superliga femenina. En el año 2000 conseguimos ser subcampeonas, siempre con proyectos


hechos con cabeza y que pudieran ser sostenibles a nivel financiero», cuenta Valera, quien asegura que «ningún deporte ha dado más títulos y más jugadores internacionales a la Región como el


voleibol». Y cita a Jorge Almansa, Chema Rodríguez, Borja Ruiz, Pepe Villalba, Inmaculada Torres Cerezo, Isa Barón y Carlota García Conrado. Volvemos un momento al pasado. Y es que la


historia se repitió. Si este año se cumplen 30 desde que el CV Murcia se proclamó subcampeón de Europa, también se cumplen 20 desde que el controvertido empresario Evedasto Lifante puso en


marcha su faraónico proyecto del CAV Murcia 2005, que compitió bajo el nombre de Grupo 2002 Murcia. Ese equipo, en el que Lifante llegó a pagar fichas anuales «de hasta seis ceros» ganó 3


Superligas y 5 Copas de la Reina. Estaba cantado que aquello acabaría mal, aunque nadie sospechó que tan mal. El asesinato de la jugadora neerlandesa Ingrid Visser y su pareja, Lodewijk


Severein, ideado por quien era gerente del club, Juan Cuenca, supuso el negro final de ese ciclo en 2013, aunque el CAV de Lifante desapareció antes, en 2011, debido a todas sus deudas,


impagos y líos extradeportivos. La historia del propio Evedasto Lifante, con su cantera de mármol en Abanilla valorada según él en 800 millones de euros y su breve etapa como alcalde pedáneo


de Barinas, también terminó como se barruntaba desde el principio: acabó en la cárcel acusado de cohecho, tráfico de drogas, estafa, frustración de ejecución, fraude a la Administración,


falsedad documental y pertenencia a organización o grupo criminal. «ME JODÍ MIS AHORROS» Cayó el gigante con los pies de barro y, de nuevo, ahí estuvo Pepe Valera para intentar construir


algo serio y duradero en la ciudad de Murcia. Esta vez sin su esposa, Beatriz Rodríguez Llopis, quien había sido jugadora, entrenadora y presidenta de la federación murciana. Murió en 2009 y


su marido, cuya figura es clave para entender la historia del voleibol murciano, cogió los trastos. «Quise hacer algo grande, para honrar su memoria y con el convencimiento de que en Murcia


se podía tener un equipo en la élite», dice. «Llamé a Pascual Saorín [otra persona fundamental en el voleibol regional del último cuarto de siglo] y le dije que teníamos que tener un equipo


en Superliga en Murcia. Tiramos de gente joven y jugadoras de la tierra. Ganamos la Copa Princesa en 2011 y subimos a División de Honor. Aguantamos en la élite hasta 2016, pero aquello fue


un error mío. Me jodí mis ahorros y me empeñé en algo que no podía ser», admite hoy Valera, quien se queja de que «solo teníamos la ayuda de la UCAM para temas de pisos y estudios de las


jugadoras y el Ayuntamiento dejó de darnos la subvención anual de 60.000 euros. Así, tuvimos que olvidarnos de la élite para siempre», lamenta. «EN 2016 SOLO LA UCAM NOS AYUDABA. POR ESO


TUVIMOS QUE OLVIDARNOS PARA SIEMPRE DE TENER UN EQUIPO EN MURCIA EN LA ÉLITE», CUENTA PEPE VALERA Desde entonces, Valera está volcado en su tarea en la federación, aunque siempre muy cerca


de los equipos que están compitiendo en categorías nacionales, «porque sé que se sufre mucho para poder cubrir presupuestos y competir con unas mínimas garantías», dice. El momento actual


del voleibol murciano, olvidados para siempre ya aquellos proyectos de «pan para hoy y hambre para mañana», es bueno. «Hay un dato que lo dice todo. En 2020 teníamos 1.800 licencias y ahora


estamos rozando las 3.000. Hay un repunte interesante, con 160 equipos en competición. Y hay otro dato a tener en cuenta: los equipos femeninos casi duplican a los masculinos. Solo en sénior


pasa lo contrario», indica el presidente de la federación murciana. «Necesitamos que nuestros partidos se vean por televisión y buscamos un impacto mediático que hemos perdido. Esa es


nuestra asignatura pendiente desde hace muchos años, pero el interés por practicar voleibol está aumentando», añade. CIEZA Y CARTAGENA, EN PRIMERA Valera destaca el trabajo que se está


haciendo actualmente en Cieza y en Cartagena. «El proyecto del Voleadores de Cieza está muy consolidado en Primera Nacional», afirma. Acaba de terminar la liga y el conjunto ciezano ha sido


séptimo después de completar una estupenda segunda vuelta. Dos puestos por encima (quinto) ha acabado el Playas de Cartagena. «Son dos equipos que están tirando con gente de la casa y eso es


muy importante. En Cartagena, especialmente, estamos viviendo tiempos bastante buenos después de una escisión que hubo y que complicó las cosas. Se ha reconducido ese tema y ya hay más de


cien jugadores en el club y se está trabajando muy bien la cantera», comenta el presidente de la federación regional de voleibol. Esta temporada, además, el voleibol murciano ha tenido un


representante en la Superliga 2 masculina, el CV Judesa de Molina de Segura. Pero las cosas no han funcionado bien en ningún momento y el equipo, con muchos problemas fuera y dentro de la


pista, ha terminado perdiendo la categoría. El cuadro molinense, a pesar de vencer el pasado sábado al SUAC Canarias (3-0), ha sido penúltimo y desciende. Necesitaba que el Marbella le


echara una mano venciendo al Mintonette Almería en la última jornada de la liga regular, pero las almerienses hicieron su trabajo, ganaron (3-0) y se mantienen en el segundo escalón del


voleibol nacional. SIN 'PLAYOFF' En categoría femenina, mientras, el club que más cerca está de la élite es el FC Cartagena Algar Surmenor, que ha terminado la temporada en cuarta


posición en la Superliga 2. Este año, por tanto, no disputará la fase de ascenso. «La ayuda del FC Cartagena fue clave en su momento para que el club se mantuviera en la élite. En El Algar


se trabaja muy bien la cantera desde hace 30 años, pero es cierto que cuesta que esas jugadoras tan jóvenes puedan sostener después un equipo en Superliga 2. Esperemos que el equipo de


fútbol siga echando una mano, ya que eso será importante para que el club sea sostenible a nivel económico y pueda pelear por volver a Superliga en los próximos años», remata Valera. Reporta


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