La arrixaca abre una nueva unidad de ensayos clínicos: «sin ciencia, quizá hoy no estaría aquí» | la verdad

La arrixaca abre una nueva unidad de ensayos clínicos: «sin ciencia, quizá hoy no estaría aquí» | la verdad


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A Patricia Poveda, una maestra de Primaria que reside en Crevillente, le diagnosticaron un cáncer de mama en 2017. Tenía 35 años. La enfermedad irrumpió ... como un vendaval inesperado: pasó


por una mastectomía, por quimioterapia y por radioterapia. Retomó su vida pero, en 2021, justo cuando iba a someterse a una reconstrucción mamaria, recibió la peor de las noticias: el


cáncer había reaparecido, ahora en fase metastásica. Si entonces le hubieran dicho que cuatro años después estaría de nuevo trabajando en el colegio de Elche donde tiene plaza, y que


retomaría también su pasión por el deporte, con excursiones a la montaña y sesiones de atletismo, no se lo hubiera creído. «No pensaba que iba a tener esta calidad de vida», confiesa. Detrás


de esta buena evolución está un ensayo clínico que la llevó primero al Hospital General de Cataluña (del grupo Quironsalud) y luego a La Arrixaca, donde se trata actualmente. Recibe una


combinación de hormonoterapia e inmunoterapia que se está probando «en pacientes con cáncer de mama con sobreexpresión de receptores hormonales», explica José Luis Alonso, jefe de Oncología


de La Arrixaca. Son pacientes «con un perfil muy determinado» a los que se les han agotado las vías terapéuticas estándar. Los ensayos clínicos COMIENZA LA INVESTIGACIÓN Tras la


experimentación en animales y laboratorio, se estudia, en un grupo de pacientes limitado, si el nuevo fármaco es seguro y cuál es la dosis adecuada. VERIFICAR SI EL PACIENTE RESPONDE En un


grupo ya mayor de pacientes se estudia la actividad de la molécula o fármaco ante la enfermedad, para comprobar si responde al tratamiento. LA COMPARACIÓN CON LA TERAPIA ESTÁNDAR Una vez


comprobado que la molécula puede ser una buena alternativa, hay que comparar sus resultados con el tratamiento estándar. Se prueba ya en muchos pacientes. EFECTOS SECUNDARIOS A LARGO PLAZO


La investigación no termina una vez se autoriza el fármaco. Hay que monitorear efectos secundarios a largo plazo y ampliar información sobre los beneficios. «Sin este ensayo, quizá hoy no


estaría aquí», subraya Patricia. El tratamiento lo inició en su día en Barcelona porque era uno de los pocos lugares donde estaba disponible. Pero hace dos años y medio pudo trasladarse a La


Arrixaca -y con ello retomar su vida en Crevillente- porque el hospital murciano comenzó a participar en ensayos clínicos que todavía están en fase I, como era este caso. Los hospitales


deben cumplir con requisitos muy estrictos de calidad para poder desarrollar en sus instalaciones fases tan tempranas de una investigación clínica. Son fármacos en los que no solo hay que


comprobar todavía su grado de eficacia, sino también, en buena medida, su seguridad. Pueden surgir efectos secundarios y hay que reaccionar de inmediato. Afortunadamente, a Patricia le ha


ido todo rodado. «Tuve náuseas al principio, por las pastillas de quimioterapia, pero luego mi cuerpo se acostumbró y ahora me encuentro bien», cuenta. Previsiblemente, en el futuro próximo


podrán beneficiarse de la investigación clínica innovadora muchos más pacientes, porque La Arrixaca abrió el pasado mes de enero una nueva Unidad de Ensayos Clínicos en frases tempranas. En


estas instalaciones se suministran ahora los tratamientos ambulatorios a quienes participan en estos estudios iniciales. Aquí se monitorizan sus resultados y se vigilan los posibles efectos


secundarios. Actualmente, 11 pacientes oncológicos están siendo tratados en esta nueva unidad. Los consorcios internacionales que impulsan los grandes ensayos clínicos exigen a los


hospitales este tipo de unidades a la hora de incluirlos en sus proyectos. «España es el tercer país más potente en investigación clínica, solo por detrás de Estados Unidos y China», subraya


José Luis Alonso. La Región de Murcia corría el riesgo de quedarse atrás, en comparación con otras comunidades, sin unas instalaciones como las que se han abierto en La Arrixaca. A este


proyecto se suma una nueva Unidad de Ensayos Clínicos compartida por el Morales Meseguer y el Reina Sofía, que cuenta con una inyección de 2,6 millones del Instituto de Salud Carlos III. La


nueva unidad de La Arrixaca está vinculada al Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB). José Luis Alonso, el jefe de Oncología de La Arrixaca, es el subdirector científico del


IMIB. «En estos momentos tenemos abiertos siete ensayos en fases precoces. En uno de ellos, muy interesante, estamos probando una terapia génica dirigida a dos poblaciones que habitualmente


son difíciles de tratar en oncología: los pacientes con insuficiencia renal o hepática», detalla Alonso. También hay en estudio distintas inmunoterapias y tratamientos dirigidos a dianas


específicas de los tumores. Esta última es una vía especialmente prometedora que está en plena expansión. Paula Ruiz es la enfermera responsable de la Unidad de Ensayos Clínicos. «A los


estudios acceden pacientes que se han quedado sin opciones terapéuticas pero que en muchas ocasiones están disfrutando de una buena calidad de vida. A esa gente le cambias el futuro cuando


entra en el ensayo», subraya. Patricia Poveda es consciente de ello: «Me siento muy afortunada, por cómo me cuidan y por cómo está yendo el tratamiento. Ojalá se apruebe pronto y pueda


llegar a todo el mundo».