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En 2007, Las Torres de Cotillas fue testigo de un hito especial en el campo de la cultura, echaba a andar un acontecimiento protagonizado por ... hombres y mujeres que decidieron emprender

un viaje colectivo que, bendecido por el éxito, muchos kilómetros de recorrido, multitud de vivencias positivas, magníficos conciertos e infinidad de aplausos y ovaciones, les ha ido

llevando a una creciente proyección en la vida no solo de nuestro pueblo y la Región, sino allende la misma al traspasar fronteras. Horas y horas de ensayo, de entrega, de anhelo por

cincelar en arte unas voces pulcras cargadas de sentimiento y musicalidad, de fuerza vital, de pulso y pálpito de corazones rebosantes de estímulo y superación que responden a lo que decía

Kurt Cobain, que «la música sea sinónimo de libertad, de entonar lo que se quiera y cómo se quiera, siempre que sea bueno y tenga pasión porque ante todo la música debe ser siempre alimento

del amor». Y eso bien lo sabemos los torreños cuando hemos presenciado las actuaciones de nuestra ya universal Coral Ménade. Una historia, una epopeya de 18 años en los que este combinado,

en esa mayoría de edad, se ha afianzado en el plano de la cultura de Las Torres de Cotillas alcanzando una calidad interpretativa digna de elogio y saltando límites para pisar muchos

escenarios de la Región. Esas metas alcanzadas han sido posibles por el tesón de hombres y mujeres capitaneados bajo la batuta magistral de su director, Pedro Víctor Meseguer, gran músico y

compositor y mejor persona. En 2007 estos torreños de bien se reunieron con el sano afán de crear algo importante, de iniciar una misión, como fue la de formarse en la música, aprender su

belleza para mostrarla y acercarla a la sociedad, y lo llevan consiguiendo desde entonces. Desde hace 18 años se hacen oír con nombre propio en la cultura torreña, marcando un itinerario de

ida y no de vuelta que representa un sueño hecho sustancia. La Coral Ménade es uno de los grandes proyectos sociales, pero a la vez culturales y artísticos que han cuajado con notable éxito

y trascendencia en los últimos años en nuestra localidad. Es la culminación de esa cultura salida del pueblo, porque es de la decisión propia y entusiasta de un conjunto de sencillos vecinos

de la que surge esta ya renombrada institución. Un pueblo culto es un pueblo libre y ambos valores los personifica a la perfección la Coral Ménade, logrado modelo de cultura popular,

participativa, abierta y de despejado horizonte. Una realidad puesta en marcha con dedicación, con ganas infinitas, con el apoyo constante de entidades de nuestro pueblo como pueden ser el

Ayuntamiento. Con ese espaldarazo añadido, la Coral Ménade se muestra en una serie de actividades, de conciertos que jalonan las fechas más célebres del calendario, ya sean fiestas

patronales, Navidad, Semana Santa o eventos como el que reunió a un significativo público el pasado 24 de mayo en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Salceda, en el Primer

Encuentro Coral Primavera 2025. Desde estas líneas he querido proclamar lo que esta agrupación polifónica es hoy y lo que aspira a ser mañana, creciendo y consolidándose.