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El pasado agrícola de Las Torres de Cotillas y los ímprobos esfuerzos por traer agua de riego del Segura para los cultivos de este municipio ... son hitos de gran calado para configurar la

historia, usos, costumbres y evolución de una Villa de mayorazgo fundada en el siglo XIV por la estirpe conquense de los Calvillo, como señala en sus investigaciones el cronista oficial de

la localidad Ricardo Montes. Había acequias con origen documentado en la centuria del XIII y que discurren a lo largo y ancho del término municipal –destacando las de La Parra, Herve-Lerbe,

Chorro, Rafa o Mayor, Riego Nuevo, San Juan y Albano–. También acueductos como el de Las Peñetas en el barrio torreño de La Florida –con base de piedra y pilares de argamasa hecha a pisón,

en uso desde el año 1575 hasta mediados del siglo XVII y con restos que se conservan hoy día–. Presas como las que funcionaron en el río Mula –una primera en el primer tercio del siglo

XVIII, otra posterior activa de 1880 a 1884 y ambas destruidas por riadas–. Y motores de elevación de aguas que Bartolomé Ródenas, rico terrateniente murciano con propiedades en la pedanía

de Los Pulpites, instalaría desde 1915, el mismo año de creación del Sindicato Agrícola local como entidad que defendiera los intereses de los agricultores. Estas son las principales

infraestructuras e instrumentos que, con mayor o menor éxito, tenían como objetivo primordial llevar el agua del Segura a las tierras cultivables torreñas y, en consecuencia, ampliar y

diversificar sus regadíos, con lo que ello supondría de generación de nuevos puestos de trabajo, impulso de la economía local y de incremento de su población y niveles de bienestar o calidad

de vida. Las herramientas realmente efectivas, bien por su capacidad bien por su perdurabilidad, para el acceso de los cultivos de Las Torres de Cotillas a las aguas del Segura son, como

destaca Ricardo Montes, los motores de riego, siendo hasta pioneros los torreños en el contexto de la Región, hasta el punto de estar en funcionamiento mucho antes incluso de la constitución

en 1927 de la Confederación Hidrográfica del Segura. De 1915 a 1931, el mencionado Bartolomé Ródenas, jefe de talleres de la empresa murciana Fundiciones Peña y artífice además de la traída

de la luz eléctrica al municipio torreño en los albores de los años 20, instalaría nueve motores en la localidad, en concreto, en los parajes de Los Carambas, La Condomina, Los Ritas y Pago

de Herve y asimismo en la ribera del Mula (aquí en colaboración con el empresario conservero de La Florida Lorenzo Vicens Roselló). Olegario Riera, emprendedor de origen asturiano, pondría

en marcha en 1928 otros tres motores de riego en Las Torres de Cotillas y un año después haría lo propio el vecino y agricultor de La Condomina Francisco Sarabia. Desde 1932 los parajes de

Los Matías, La Loma de las Meleras (lugar donde actualmente se enclavan las urbanizaciones del Parque de las Palmeras y El Coto), el Marquesado, La Almazara, Pagos Tocino y de Los Cazadores

o San Manuel contarían del mismo modo con motores. En definitiva, estructuras de claro carácter hidráulico que, jalonando los límites naturales del término municipal –las riberas del Segura

y Mula y los sotos anejos a las mismas como entornos de bella y rica variedad de flora, fauna y paisajes– han perdurado la mayor parte en Las Torres de Cotillas y cuya importancia e impronta

para la vida económica, historia e identidad local ha sido tenida en cuenta por el ayuntamiento en orden a ponerse manos a la obra, con el apoyo añadido de otras administraciones como la

autonómica, para la conservación y divulgación de su memoria y significado.