Prueba generacional | la verdad

Prueba generacional | la verdad


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Les propongo jugar a un juego. Yo lo llamo la prueba generacional. Se trata de que yo digo la mitad de una frase y ustedes ... la continúan. Empezamos. Si yo escribo: 'bic naranja


escribe fino', ¿ustedes como la seguirían? Eso es, listo, demostrado. Tiene usted como unos cincuenta y cinco años o más si ha seguido la frase y claramente menos de esa edad si se ha


quedado sin saber ni a qué me refiero. Yo juego mucho a ese juego, me divierte. Si lo hago con mis hijas se parten de risa porque no saben ni de qué les estoy hablando. Cuando lo acaban de


entender, ellas también me ponen a prueba diciéndome mitad de frases de su época, que es esta misma, y comprobando que yo no tengo ni idea de cómo se prosigue. Una de las crías dice la mitad


de la frase y la otra la sigue inmediatamente mientras yo me quedo así, con esta cara de tonto. Primera moraleja: todos los tiempos, no sólo los tuyos, tienen sus claves, sus lugares


comunes y sus tics generacionales. Hay otras frases que sí vas a poder continuar aunque no sean de tu tiempo. Por ejemplo, si preguntas hacia qué lugar se dirigen las muñecas de Famosa no


hace falta que peines canas para que te quede claro que es hacia el portal. Faltaba más, dónde si no. ¿Y cómo sabe un joven de ahora hacia dónde demonios van las muñecas de Famosa? ¿lo


cantaban sus padres y se le quedó en el subconsciente? ¿se ha reiterado luego en memes contemporáneos? Ni idea, si alguien lo sabe, por favor que me lo explique, pero yo he hecho la prueba y


esa frase los adolescentes de ahora la continúan. Las frases que los de mi edad tenemos en el ADN son incontables y a prueba del paso del tiempo. Son cosas como el algodón no engaña;


busque, compare y si encuentra algo mejor cómprelo; leche, cacao, avellanas y azúcar o a mí plin, yo duermo en Pikolin. Verdadera joyas de la poesía urbana de todos los tiempos entronizadas


por la publicidad machacona de un tiempo en el que había una única tele. Supongo que la mayor parte de las frases que marcan una generación provienen de la publicidad y de la televisión. O


al menos las de mi tiempo. En cualquier caso, todos, también ahora y no solo en plan nostálgico, acabamos siendo herederos de un vocabulario compartido construido a base de creatividad


sencilla que nos dejaba frases para toda la vida. La fuerza del lenguaje combinada potentemente con la de la nostalgia para dejarnos un verdadero poso generacional.