La soledad del calvario inunda de fervor el centro | la verdad

La soledad del calvario inunda de fervor el centro | la verdad


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Tres pasos volvió a proponer en las calles la Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor en su ... segunda estación de penitencia. En


esta ocasión, la llamada procesión de la Soledad del Calvario, cuyos nazarenos cruzaron un año más el Puente Viejo para recorrer dos kilómetros exactos desde su salida a su retorno. Abría


el cortejo el Cristo de la Humillación, una talla anónima del siglo XVII, a la que seguía el paso llamado Cristo del Amor en la conversión del Buen Ladrón, inédita escena en la Semana Santa


murciana e imaginada por el maestro José Hernández Navarro. Sobre el Puente Viejo, ya a su vuelta y entre las últimas luces de la tarde, compuso una estampa nazarena de gran belleza, fervor


y recogimiento. Túnicas de negro y rojo para la Pasión de la Sangre, que celebró el pasado miércoles, bajo el cielo estrellado y con las calles cuajadas de murcianos, una procesión para el


recuerdo. Cerraba el cortejo Nuestra Señora de la Soledad, del recordado escultor Antonio Campillo, una espléndida talla que alcanzó los dinteles del Carmen para culminar así la Semana Mayor


de la respetada y popular cofradía. Entretanto, en miles de hogares murcianos se preparaban los hermanos de la Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio para iniciar su estación de


penitencia desde San Lorenzo bajo el más absoluto de los silencios y entre calles donde solo resonarían los cánticos de las corales. Otra tarde nazarena para el recuerdo.