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VALÈNCIA. El pasado mes de julio el Ayuntamiento de València desistió del procedimiento de adjudicación para la constitución de un derecho real de superficie sobre el edificio los Docks,

situado en la Marina de València, para destinarlo a la creación de un Centro de Procesamiento de Datos y dejó sin efecto el concurso que estaba en marcha para el que la mesa de contratación

había propuesto adjudicar el edificio a la empresa Sineasen. 

Una decisión recurrida por la mercantil valenciana porque el consistorio no les "dado audiencia", según citan en su recurso de reposición, y que entienden que no se sustenta "exclusivamente"

en una "posible ausencia de interés social o utilidad publica del destino del inmueble". Y para ello, defienden ante el Ayuntamiento que el uso que tenían previsto para los Docks no era

solo un data center, ya que el acuerdo de licitación contemplaba un destino para centro de almacenamiento de datos (51%) y usos terciarios y recreativos (49%). 

En el proyecto presentado, de hecho, contemplan que el centro de datos llegue a ocupar aproximadamente 2.000 metros cuadrados, pero también desliza propuestas de diferentes usos hasta llegar

a los 9.515 metros cuadrados de superficie construida que tiene el edificio actual. 

En este espacio restante, la mercantil proponía generar espacios de ocio cultural, algunos de ellos abiertos al público y otros cerrados en función del momento del día que se tratase.

También ponían encima de la mesa la necesidad de destinar una parte del espacio a la apertura de oficinas vinculadas, especialmente, a la tecnología para completar las necesidades de La

Marina. De manera que se ampliara el espacio para start-ups, pero también se ofrecieran emplazamientos para empresas internacionales que necesitaran grandes superficies. 

A partir de ahí, Sineasen también propone la construcción de un "hotel singular especializado en estancias de medio plazo vinculadas a las necesidades de creadores, inversores y

emprendedores". Con ello, aseguran que podría darse respuesta a la "necesidad de vivienda temporal de profesionales de estos sectores económicos". 

Una propuesta que acompañan, a su vez, de un restaurante que ofertara precios variables en función de la franja horaria: "menú asequible al mediodía y degustación por la noche", la primera,

centrada en la oferta a los trabajadores del entorno, mientras la segunda iría dirigida a todo el público que buscara ocio nocturno en La Marina. Por último, completarían esta parte del

edificio con un espacio público donde situar salas polivalentes, patios interiores y un "Balcón al mar para toda la ciudadanía". 

Entre ellos, plantean un auditorio o teatro para, según el proyecto, "atender la demanda reiterada de las empresas que se alojan en la zona y así tener capacidad de acoger eventos

internacionales". También una residencia de innovación y creación, en este caso y a diferencia del hotel singular que plantean en primera instancia, estaría enfocado para estancias de

artistas e innovadores, donde consideran que un potencial aliado podría ser Berlklee. 

Por último, también contemplan un LAB de innovación de datos y un LAB de hostelería y alimentación, además de un espacio museístico. Los dos primeros, servirían como espacios de

investigación y experimentación respecto a la economía de datos y los sistemas de alimentación y seguridad alimentaria local, mientras que el espacio museístico iría dirigido a completara la

oferta cultural de la ciudad. 

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