Karen cassidy, ganadora del premio propósito 2018

Karen cassidy, ganadora del premio propósito 2018


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UN REEMPLAZO PARA LOS FAMILIARES No somos una institución para el cuidado de salud con licencia, sino un sustituto del hogar propio de la persona. Tenemos un enfermero a tiempo parcial que


administra los medicamentos que provee el centro de cuidados paliativos para enfermos terminales, pero, por lo demás, somos un reemplazo de la familia, abergamos hasta 3 personas de manera


simultánea, en la etapa final de sus vidas. Nuestro centro es parte de una pequeña red que va creciendo cada vez más, de centros de “cuidados paliativos” que empezaron a establecerse durante


la epidemia del VIH/SIDA en la década de 1980 para atender a los hombres homosexuales que se estaban muriendo y se encontraban alejados de sus familias. Entretenimiento Paramount+ 10% de


descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > No cobramos ni facturamos a las compañías de seguros. En su lugar, contamos con el respaldo de sesenta y cinco


voluntarios, llenos de cariño, que bañan, alimentan, comparten abrazos e interactúan con cada residente. Sobrevivimos con donaciones financieras y en especie. He aprendido que las personas


son mucho más generosas de lo que jamás hubiera esperado. Un contratista general angelical renovó por completo el convento antiguo que compramos para establecer el centro, mientras que


fundaciones, negocios, vecinos y, a veces, los familiares de algún residente nos ayudan a pagar nuestras cuentas. NO TEMAS RECURRIR A TUS REDES Le digo a la gente que me he estado preparando


para desempeñar este papel durante mis 62 años. Antes de trabajar en el hospital comunitario, fui profesora catedrática de enfermería. Se me permitía tomar clases sin pagar matrícula, por


lo que obtuve una Maestría en Administración de Negocios para directores porque, bueno, ¿por qué no? Esto me ha ayudado a saber cómo interpretar los estados financieros y manejar los


aspectos empresariales del centro. Una vez fui candidata a concejal y, al perder (¡por 40 votos!), aprendí a sentirme a gusto haciendo cosas como hablar en público, ir de puerta en puerta o


pedir donaciones. A través de todas mis experiencias he logrado crear muchas redes valiosas —en el mundo de la educación, la salud pública, las organizaciones sin fines de lucro y


similares—, a las que he podido recurrir para Hildegard House. Incluso he adoptado desde hace algún tiempo la jardinería y las personas que he conocido en el proceso me ayudan a cuidar el


hermoso jardín del patio de nuestro centro.